La música marca el paso del comienzo de las fiestas mayores

Calor y fiesta. Los dos componentes fundamentales para cualquier celebración popular que se precie, aun sabiendo de las peculiaridades climáticas de Burgos. Los dos invitados que ayer permitieron que las fiestas de San Pedro y San Pablo comenzaran ayer con la tradicional ceremonia a los pies del Ayuntamiento.La excelente temperatura, que las predicciones meteorológicas indican que acompañará prácticamente todas las fiestas con máximas por encima de los 30 grados y mínimas superiores a los 14, ofrecía una estampa espectacular, con miles de personas dispuestas a pasar una semana larga de celebraciones.Pero la tradición manda y el acto de comienzo de las fiestas tiene sus tiempos. La proclamación de la corte que acompaña a las reinas marcó el inicio, un privilegio que correspondió a las más pequeñas, las damas y la reina infantil, Celia Díez, del grupo de danzas Tierras del Cid. El turno llegó a la corte mayor, con la imposición de la banda a la reina mayor, Alba Patús, del Club Ciclista Burgalés, recién graduada en Enfermería. Todo bajo la atenta mirada de las peñas, que daban color y ritmo al acto. El mismo que poco después imprimieron los integrantes de los Danzantes.Bajo un balcón en el que la música tuvo un protagonismo especial. La música de aquí, singular y tradicional, que tiene en Diego Galaz a uno de sus principales representantes burgaleses y que ayer dejó por un momento el sonido de sus instrumentos de lutier para tomar la palabra en el tradicional pregón que da el pistoletazo de salida. Galaz hizo un homenaje a la música y al importante lugar que ocupa en vida de los burgaleses, «es solo una consecuencia más de la importancia que vosotros habéis otorgado durante estos años al arte de la música». Galaz lo tuvo claro en su pregón: «Burgos ama la música». Afirmación que se demuestra cada fin de semana con «salas a rebosar, las programaciones generosas y la afición de todos los burgaleses».Un amor y un afición que el músico burgalés personalizó con un repaso a algunos de los principales músicos que ha dado esta tierra. Desde Antonio José, que tuvo «la mala suerte de vivir en una época convulsa y de injusticias», pasando por Federico Olmeda, Antonio de Cabezón, «uno de los grandes teclistas de la historia de la música», Rafael Calleja, Regino Sainz de la Maza o el director de orquesta Rafael Frübeck, fallecido el año pasado. También tuvo una mención especial para todos los músicos burgaleses contemporáneos.Las fiestas y la música van íntimamente ligadas, por lo que Galaz hizo un llamamiento especial sus conciudadanos a que durante estas fechas pongan «más atención en cada uno de los momentos musicales que nos acompañarán en estas alegres jornadas». Dentro de esas músicas pegadas a la fiesta, el músico burgalés hizo especial hincapié en la dulzaina, el instrumento que nos retrotrae al folclore más nuestro. O El Chirola, «singular pitero que marca el ritmo de nuestros gigantones». Un músico como Galaz no podía cerrar su pregón con mejor que sabe hacer, tocar el violín. La música volvió a ser protagonista con la interpretación del Himno a Burgos. Y después, el chupizano. Comienza la fiesta.