Ausentes en cuerpo, no en corazón

Catorce retornados a la ciudad que a ellos o a sus familiares les vieron nacer y pasar los primeros años de su vida. Catorce emigrantes que nunca olvidaron su tierra y siempre desearon volver. Catorce personas que llevan Burgos en el corazón desde que las circunstancias de la vida les alejó de su terruño y siempre tuvieron la esperanza de volver.

Es el objetivo de la Operación Añoranza que cada año se repite durante las Fiestas de San Pedro y San Pablo. Personas que se convertirán en protagonistas absolutos mañana en Fuentes Blancas cuando se celebre el Día del Burgalés Ausente. De diferente procedencia -Cuba, Argentina, Uruguay-, pero con raíces ancladas en los pilares de la Catedral o en los montes y ríos que bañan la provincia, o en aquella casa donde pasaron su infancia más añorada, recibieron ayer el primer calor de sus convecinos, de la mano de las autoridades de la ciudad.

El alcalde de Burgos, Javier Lacalle, acompñado del concejal de Festejos, Fernando Gómez, les dio la bienvenida en el Salón de Plenos del Ayuntamiento quien reconoció sentirse «encantado» por darles la bienvenida a «su patria chica». Tras los breves discursos, en donde ya comenzaba a aflorar la emoción a los ojos de los allí congregados, los catorce burgaleses retornados recibieron las tarjetas sanitarias que utilizarán durante su estancia en su ciudad y provincia. Para ello estuvo presente el delegado de la Junta en Burgos, Baudilio Fernández Mardomingo y el gerente del Área de Salud, Teófilo Lozano.

Catorce historias

Cada uno de ellos recibió también el pañuelo de fiestas y se procedió después a ese intercambio de regalos traídos para los burgaleses del otro lado del charco. Y entonces ya sin contener la emoción, estos catorce burgaleses comenzaron a desgranar su historia. El más mayor del grupo Ismael Peraita Blanco, de 84 años de edad, contaba que nació en Barbadillo del Pez, pero tuvo que emigrar a Uruguay hace 60 años por la guerra. Recaló en Uruguay -curiosamente de donde procede el concejal de Fiestas, aunque desde muy pequeño se trasladó a Burgos-. Relató que nació en Barbadillo del Pez. «Mi padre se fue para allá con sus cuatro hijos», señaló. Ismael es la segunda vez que participa en este programa. «Vine hace ocho años» y se ha encontrado con una ciudad «muy cambiada, muy bonita».

La segunda veterana en edad, Juana Francisca del Pino, llega desde La Plata (Argentina). Cuenta orgullosa que su padre «era primo de Lorca y vivió su infancia con él y he salido en muchos medios contando muchas cosas de Lorca porque mi padre convivió con él». En 2003 había venido con este program por primera vez. «Y esta vez vengo con mi hija (Bibiana Beatriz), aunque no viaja con el programa». Después de unos días en Burgos, Juana Francisca viajará por Pradoluengo, Valladolid y Asturias «así que voy a hacer ese recorrido y mi hija se va a Canarias a ver a su hijo».

Felicitas Cuesta Méndez tiene 43 años y viene de Tres Lomas (Argentina). Es nieta de Román Cuesta, quien nació en la localidad de Canicosa de la Sierra y «se vio obligado a marcharse a Argentina huyendo de la guerra», relató. Acompañada de su hija regresó a esta provincia «emocionada» en su primera visita al país.

Las dos procedentes de Cuba, Addis y Magda Emilia, se sentían «maravilladas». Su primera vez, y originarias de Espinosa de los Monteros y Burgos, respectivamente, se sentían «muy bien». Magda Emilia irá a conocer los lugares que le oyó hablar a su abuelo. Addis, visitará Espinosa de los Monteros, su lugar de origen y ansía poder encontrarse con algún familiar.