Labores de otro tiempo

Es una tradición ya, como la que ellos mismos quiere preservar, que el último domingo de julio los integrantes de la agrupación Danzas Burgalesas María Ángeles Saiz se acerquen a la orilla del río Arlanzón, a los pies del puente de Santa María, para rememorar algunos de los viejos oficios. Son ya 15 años, según recuerda la responsable de esta agrupación cultural, María Ángeles Saiz, y es una satisfacción ver el interés que despiertan.No en vano es muy llamativo ver a cerca de medio centenar de personas ataviadas con atuendos de cuando había que hacer algo que hace décadas era muy cotidiano, como lavar la ropa junto al río, varear y cardar la lana. Es curioso, reflexionaba ayer Saiz, «cómo se emociona la gente viendo lo que hacemos». Sobre todo los que tienen más años, los que saben, porque lo han hecho o han sido testigos directos, de cómo se hacían esas labores. Hasta alguna persona mayor se acercó a la orilla para varear la lana.Pero no solo los mayores se emocionaban con la recreación de los viejos oficios, los más pequeños, los que no conocen cómo se hacían esos trabajos, también disfrutaban y se ponían a trabajar con entusiasmo. Una manera de conocer de cerca cómo es el proceso de tratamiento de la lana. Que siempre empieza con el lavado de la lana para que se pueda ahuecar y se puedan eliminar las posibles impurezas.Hay que recordar que la lana que se trata en esta recreación de los viejos oficios procede de la obtenida en la fiesta del esquileo, celebrada hace unas semanas en La Flora.Después, la lana se seca y se varea -se golpea- para conseguir que esté más esponjosa, ya que entonces se solía utilizar para el relleno de los colchones. Una lana que también se podía utilizar para elaborar prendas de vestir. No hay que olvidar que se trata de una jornada festiva, en la que se unen varias generaciones y en la que el baile tradicional también tiene una función importante.