El Correo de Burgos

‘Food trucks’, una moda culinaria que quiere convertirse en negocio

La normativa municipal limita a ferias o festivales las oportunidades de sacarlas del garaje

-R. OCHOA

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Burgos

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La celebración del Festival Tribu trae consigo una nueva modalidad gastronómica que poco a poco se está haciendo hueco en el territorio nacional, pero que ya cuenta con gran tradición en países como EEUU. Se trata de las food trucks, furgonetas, remolques o pequeños camiones adaptados con cocinas para elaborar y vender comida de una forma itinerante. Estos restaurantes sobre ruedas que, por el momento y en su mayoría, funcionan en festivales y eventos privados están pendientes de una legislación reguladora propia.

Y es que, actualmente, son los municipios los que tienen la potestad de autorizar o no la ubicación de estas food trucks en la vía pública. En el caso concreto de la capital burgalesa, la concejal de Comercio, Carolina Blasco, explica que «la ordenanza prevé que, de forma excepcional y con ocasión de eventos concretos como mercadillos, festival o ferias, se puede autorizar esta actividad porque, por lo demás, en cuanto a la venta de comida en la vía pública sólo tres productos cuentan con un ‘permiso excepcional’, castañas, churros y helados». Así las cosas, «dentro de la autorización del conjunto del proyecto del festival está prevista e incluida la instalación de los food trucks».

Del mismo modo, «las técnicos municipales también podrían realizar una supervisión en el caso de saber que habrá alimentos a la venta, no porque tengamos las competencias que corresponden al Junta de Castilla y León, sino que especialmente entramos cuando el Ayuntamiento es, no tanto el organizador sino colaborador, como puede ser el caso de la Feria de Tapas».

Un negocio en auge

Que las food trucks son una moda emergente a nadie se le escapa, pero este fenómeno que empieza a abrirse hueco en la ciudades más grandes del territorio nacional también está asomando tímidamente la cabeza en nuestra ciudad. La concejal popular asegura que «en los últimos meses han sido numerosas las llamadas telefónicas para pedir información al respecto» y añade que «se han recibido dos solicitudes de autorización para la puesta en marcha de dos food truck».

Blasco reconoce que «las autorizaciones sólo podrían aprobarse para acontecimientos excepcionales tal y como regula la normativa» y es que «hasta el momento no nos habíamos planteado nada al respecto de este formato gastronómico, ha sido a partir de las llamadas recibidas».

A este tenor, la concejal solicitó un informe a los técnicos municipales con el ánimo de «analizar cuál era su regulación, la viabilidad de este tipo de oferta gastronómica y si debiera o no modificarse la normativa». Aunque Blasco reconoce que «este tipo de furgonetas alteran la venta tradicional de estos productos» explica que «ahora mismo, no es entendible que se permita la venta de churros o helados pero no de perritos». Para Blasco es «cuestión de tradición», mientras que «en su momento la tradición era vender castañas, en este momento, igual nos debemos adaptar a otros productos y a otras circunstancias».

En este sentido, la edil expone que «tal vez se puedan hacer eventos con food trucks mensualmente o destinarlos un espacio concreto, las ideas son muy variadas». A este tenor, la técnico municipal expone en su informe, a modo de ejemplo, que en Madrid cada tercer fin de semana de mes de realiza un evento en los alrededores de la Torre Picasso en la que se permite la instalación de food trucks siempre que cumplan los requisitos.

Un tipo de licencia que sólo sirve para una ubicación concreta y con un horario predeterminado y cuya tramitación, tal y como explica la técnico, conllevaría aparejada previamente la emisión de informes por parte de diferentes Secciones del Ayuntamiento como el área de Seguridad Pública y Emergencias o la Unidad de Tráfico, entre otros.

Tras plantear este asunto en la comisión de Comercio, la concejal explica que «ha habido opiniones para todo, dejamos claro que no estamos ni a favor ni en contra pero que debemos valorarlo». La edil explica que «lo más seguro es que si se da luz verde a este tipo de establecimiento, habrá reticencias por parte de la hostelería pero también es importante pensar en el interés general de los consumidores y en la dinamización de la ciudad».

De este modo, «los grupos deberemos valorar si se cambia la normativa o si debemos hacer una actuación previa, un piloto para saber como funcionaría en la que incluso podrían participar los hosteleros de la ciudad», aseveró.

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