El tenis burgalés reclama más apoyos para seguir creciendo

El tenis vive en Burgos su edad de oro. Nunca como ahora habían coincidido en el tiempo tal acumulación de talentos de primer nivel deportivo nacional (e incluso internacional). Y todo ello a pesar de un entorno no demasiado favorable. Jóvenes promesas llaman a las puertas del profesionalismo en una ciudad en la que ni el clima ni las instalaciones ni las ayudas favorecen en demasía la aparición de estrellas rutilantes, que en la mayor parte de los casos optan por abandonar la la ciudad en busca de condiciones más favorables para alcanzar sus sueños.

Para evitar esta diáspora de tenistas de enorme calidad (como David Pérez Sanz, desde hace varios años afincado en Alicante, o Ana Román, que este año disfrutará de una beca en una universidad americana), el máximo responsable técnico de la Escuela de Tenis El Cid, Cristiano Oliveira, está empeñado en convertir a Burgos en su Tandil particular (la ciudad argentina en la que se formaron jugadores de la talla de Del Potro o Monaco).

Es una apuesta arriesgada por la que considera que merece la pena luchar. Aunque requiere de la colaboración de las instituciones y empresas privadas para llevar el proyecto adelante. La filosofía que guía la iniciativa del técnico brasileño afincado en Burgos desde hace varios años es muy clara, los jugadores no deben salir de su entorno familiar para poder triunfar.

Y en esta batalla se ha embarcado. «Tenemos claro que podemos hacer que varios jugadores lleguen a profesionales. Creo que se puede triunfar sin salir de tu ciudad, sin cambiar de entorno. Estamos haciendo un importante sacrificio para conseguirlo. Para que un jugador pueda llegar a la elite es imprescindible un buen entorno familiar. Incluso más que el talento. No queremos que tengan que salir de Burgos», explica Oliveira.

En otro orden de cosas, los representantes de la Escuela de Tenis El Cid, solicitaron también al primer edil la posibilidad de que el Ayuntamiento les permita la utilización de alguna pista del complejo deportivo Río Vena, para que los mejores exponentes de la academia puedan ejercitarse en determinados periodos del año en una pista al aire libre. El objetivo es claro, que los jugadores se entrenen en las condiciones reales en las que luego disputarán la inmensa mayoría de los torneos estivales.

Y es que hasta el momento, el club solo dispone de un par de pistas de tierra batida en las instalaciones del Félix Ordóñez Arena en Villalonquéjar. Además, y debido al alto coste del alquiler de la nave en la que se encuentra ubicadas, el club se va a trasladar próximamente a otra de menores dimensiones y que se ajuste a su presupuesto económico.