Sánchez encabeza el PSOE que luchará por las oportunidades

El lugar elegido, el Monasterio de SanAgustín, se quedó pequeño para recibir al secretario general del PSOE y candidato a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez. Después de conocer parte del contenido del Museo de la Evolución Humana donde Juan Luis Arsuaga ejerció de guía, sintió el calor burgalés. Unas 250 personas, algunos de ellos de pie, escucharon atentamente cómo se presenta la «nueva generación del PSOE» y cómo Sánchez desgranó el que será su programa de Gobierno que alentó a todos a defender con «convicción, trabajo y una sonrisa». Afirmó ante todos ellos que el PSOE es el partido de los reformistas, lo que «queremos reformar con diálogo» frente a los «liquidacionistas quienes creen que lo que se creo en el 78 es un régimen corrupto y es necesaria una nueva constitución» y los «inmovilistas, el PP, que no quiere que nada cambie».Una alternativa de gobierno que elevó a una tercera generación de socialistas orgullosos de su pasado y convencidos de su futuro. «Hemos recuperado la rosa y el puño porque estamos orgullosos del PSOE de González que fue el de los derechos, del de Zapatero que fue el de las libertades y los que estamos ahora que vamos a crear la España de las oportunidades». Apuntó que es necesario «dejar atrás la mala política, la de Rajoy que gobierna contra todos». Para ello plantea un programa con cuatro desafíos: crear oportunidades, apostar por la igualdad, volver a crear la confianza en las instituciones y garantizar la convivencia entre todos.Insistió que eliminarán la desigualdad económica y de género. La primera con una reforma fiscal que acabe con «la política del PPque no ha hecho más que incrementar la desigualdad entre los españoles». Puso como ejemplo la última reforma IRPF que «al 40% de los españoles les supone 45 euros al año mientras que a las rentas más altas y las grandes corporaciones les ahorra 72.000 euros anuales». Por ello, apuntó que su reforma fiscal buscará que «quien más tiene más contribuya a la hacienda pública y dejar de castigar a la clase media». Respecto a la desigualdad de género planteó la puesta en marcha de una ley de igualdad salarial que «permita a una mujer y a un hombre cobrar lo mismo por el mismo trabajo».Aclaró que las instituciones y los políticos viven una crisis de confianza entre los ciudadanos. Destacó que la corrupción es uno de los grandes males. Aseguró que en sus listas no habrá corruptos, «no me temblará el pulso para echarlos, que se vayan pero no sólo penalizaremos el comportamiento sino que lo vamos a prevenir».En este sentido apeló a los condicionantes y el compromiso ético y transparencia de ingresos a los que se somete a los candidatos al Congreso y al Senado como Esther Peña y Ander Gil en cuya presentación quiso estar presente el líder nacional de los socialistas. Apuntó, además, que «crearemos nuevos cauces de participación restableciendo las listas electorales de personas, no sólo de partidos» y prometió que «los organismos reguladores dejen de ser una herramienta del partido en el gobierno» para que lo controlen y fiscalicen.Apuntó que «socialismo es igual a reformismo». Así, aclaró que frente al Fraking y la energía nuclear «apostaremos no sólo por las energías limpias sino, sobretodo, por el ahorro y la eficiencia». Se comprometió a derogar la reforma laboral y crear un nuevo estatuto de los trabajadores, impulsar la FPexcelente y dual. Aunque el reformismo más arriesgado que llevó ayer Pedro Sanchez a Burgos es el relacionado con la Constitución. «Hay que reivindicar la reforma constitucional porque España ya no es la del 78». Apuntó que incluirán la Sanidad como derecho fundamental al mismo tiempo que avanzó que «si soy presidente sí, el Hospital Universitario de Burgos volverá a ser público» desatando el aplauso de la platea. En esa reforma constitucional abogó por «arreglar nuestros errores» en referencia al artículo 135 para añadir a la estabilidad presupuestaria la estabilidad social. Una reforma donde «se regule las competencias entre Estado y autonomías para evitar la conflictividad y convertir al Senado, realmente, en una cámara verdaderamente regional».Así, Pedro Sánchez, abandonó entre aplausos, y de selfie en selfi con sus seguidores burgaleses, el Monasterio de San Agustín, sin atender a los periodistas y con un mensaje claro que se repetirá hasta el 20 de diciembre. El socialismo es el de las oportunidades y las reformas con diálogo y afavor de la convivencia.