Solla celebra el fin pedagógico de los concursos de cocina de niños

El popular cocinero Pepe Solla afirmó hoy en Burgos que la proliferación de programas y espacios televisivos dedicados al mundo de la cocina está generando una generación de «futuros cocineros» porque «los niños ya son premiados por sus buenas notas con una comida en un buen restaurante y ya no piden solo patatas fritas o macarrones sino que se interesan por el menú que comen sus padres».

El también presentador de Canal Cocina se desplazó hoy hasta el Museo de la Evolución Humana de Burgos para ofrecer una masterclass en la que deleitó a los presentes con algunos de los ejemplos de una cocina con sello propio que marida tradición y la vinculación de gastronomías de otros países.

En declaraciones a los medios, explicó que «el mundo de la cocina se encuentra en continua evolución», mucho más de lo que lo estaba hace dos o tres décadas cuando la gente solo salía a comer fuera una vez cada dos meses. En la actualidad, dijo, existe una preocupación y un gusto cada vez más exquisito por el mundo de la gastronomía que, en parte, se debe a la proliferación de los programas que tienen entre sus protagonistas a cocineros o futuros chefs.

«Este tipo de contenidos nos están dando muchos beneficios», apuntó Solla, consciente de que los niños son los que más están aprendiendo en todo lo que tiene que ver con el «apasionante» mundo de la cocina. «Vienen a los restaurantes y muchas veces son ellos los que traen a sus padres y los que piden como premio por unas buenas notas un buen menú. Esto es algo que nunca antes había pasado», avisó.

Tradición e innovación

En cuanto al momento por el que pasa la cocina española, Solla cree que en este momento «todo cambia muy rápido» y se sigue apostando por una cocina que combina la tradición con la innovación. «Es lo que siempre hemos hecho tomamos la cocina de nuestras madres y cogemos de otras culturas, como ya lo hicieron nuestros abuelos cuando llegaron a Galicia con productos de América», indicó.

Una realidad que obliga a introducir en la cocina española recetas y productos de países exóticos con el ánimo de hacer una cocina de vanguardia que no pierda su sello. Así lo entiende el refutado cocinero que lleva toda una vida entre los fogones que heredó de la familia Solla.

Vinculado a la cocina desde su infancia, Pepe Solla (Poyo, Pontevedra 1966), inició su carrera en el mundo de la restauración en 1991, cuando comenzó a trabajar en el restaurante Casa Solla, de gestión familiar. En 1999 toma las riendas de la cocina de Casa Solla y en 2001 asume su gerencia. Anteriormente, trabajó como ayudante de cocina, función que compaginó durante un tiempo con la de jefe de sala, tras continuar con su periodo de formación y realizar diversos cursos de la mano de figuras de primer nivel en el ámbito de la restauración en España como Ferrán Adriá.

Pepe Solla es también fundador del Grupo Nove, integrado por 22 cocineros gallegos que reivindican la creatividad en la cocina como valor añadido al producto de la tierra. Aglutinan ocho estrellas Michelín y 17 soles Repsol.

En 2014, junto con sus compañeros Paco Roncero y Marcos Morán, ha creado cinco espacios gastronómicos dentro del centro de ocio gastronómico Platea Madrid: La batea, A mordiscos, Castizo, Entrecortes y De cuchara.

Su trayectoria como sumiller también es destacada. Es uno de los miembros fundadores de la Asociación Gallega de Sumilleres además de ganar el Campeonato Gallego de Sumilleres alzarse con el sexto puesto en el campeonato nacional.