El rector alerta de la situación «crítica» de la Universidad

La situación económica actual de la Universidad de Burgos es «crítica», según señaló su rector Alfonso Murillo en una entrevista concedida a Europa Press, en la que recalcó que la financiación deficiente de los últimos ejercicios ha provocado una economía de «pura subsistencia».

En este contexto, Murillo remarcó que «apenas hay cabida para la ilusión del profesorado y de los investigadores», que han visto incrementadas sus obligaciones docentes y sus tareas burocráticas, y destacó que la dificultad existente para financiar el capítulo de personal repercute de forma negativa en la promoción y desarrollo del cuerpo docente. «Limita su compromiso y la eficiencia de su enseñanza», ha aseverado.

Alfonso Murillo señaló, además, que la situación económica ha olvidado, casi por completo, los gastos de mantenimiento y conservación, así como las nuevas inversiones, lo que obligó a replantear el modelo de financiación de las universidades y a recuperar la apuesta por el conocimiento superior como garantía de la innovación y desarrollo del país. Por este contexto económico, el rector de la Universidad de Burgos reconoció que su mandato al frente de la Institución académica ha estado marcado por decisiones condicionadas por la crisis y las restricciones presupuestarias y que deben ser otros los que realicen ahora un balance de su gestión al frente del Rectorado, que abandonará en 2016.

Pese a ello, reiteró que se han cumplido los objetivos fijados al principio de su mandato, «con más dificultades de las previstas», y ha asegurado que se han sacado adelante muchos de los compromisos adquiridos «con más imaginación e ilusión que con la disponibilidad de los medios económicos». «Los resultados obtenidos son plenamente satisfactorios», añadió. Respecto al año que finaliza, Alfonso Murillo señaló que 2015 no ha cambiado prácticamente en nada respecto a la anualidad anterior, puesto que se ha continuado con las mismas restricciones presupuestarias, una financiación deficiente, el límite de la tasa de reposición y la imposibilidad de incorporar jóvenes profesores, entre otras cuestiones. Asimismo, recalcó que las elecciones autonómicas y los cambios en la Consejería de Educación han supuesto una «ralentización» en la toma de decisiones, sin olvidar la repercusión que también ha tenido para el ámbito académico el cambio de titular al frente del Ministerio de Educación.

En la entrevista, Alfonso Murillo también remarcó la necesidad de incorporar nuevas titulaciones a la Universidad de Burgos y ha insistido en que una universidad pública es una fuente de ingresos y de producción de beneficios allá donde se ubica. «Su entorno es el gran beneficiado», sentenció. En relación a la adaptación del antiguo edificio del Hospital Militar al campus de San Amaro, el rector de la UBU recordó que dispone de un espacio construido de «miles» de metros cuadrados, suficientes para proceder a una ocupación ordenada y con criterios racionales.