La natalidad se desploma aunque ‘promete’ repuntar

Burgos

2015 se fue y deja tras de sí un dato a destacar. Si bien la cifra de partos atendidos en el Hospital Universitario de Burgos siempre es reseñable, por el peso que tal estadística tiene en el futuro de la ciudad, lo es más si arroja, como es el caso, un descenso tan llamativo como el registrado en el año que acabamos de despedir. Y es que hasta el pasado jueves nacieron en la capital 1.878 bebés, un 9% menos que los alumbrados en 2014, cuando se alcanzaron los 2.050, y casi medio millar por debajo del récord de 2008.

Las razones de este desplome se desconocen. Al menos en el Servicio de Ginecología y Obstetricia, que es el que se encarga de atender la llegada al mundo de los nuevos burgaleses, carecen de argumentos para explicar este acusado descenso anual, alimentado a buen seguro por la crisis económica.

Así lo supone el responsable del área, Francisco Javier Guisasola. Afirma, no obstante, que el dato de 2015 será «un punto de inflexión». Augura en este sentido un cambio de tendencia en 2016 porque así se desprende del repunte de la actividad en las consultas a las que acuden periódicamente las embarazadas para someterse al oportuno seguimiento. «Hemos notado un incremento de gestantes en los últimos meses de 2015 que apunta a que la cifra de nacimientos del próximo año será más elevada. Incluso en diciembre se ha percibido ya este aumento de partos en comparación con los meses anteriores», indicaba ayer mismo. Habrá que esperar, no obstante, 363 días para comprobar si el dato vuelve a superar la barrera de los 2.000 al año, cifra de la que no bajaba en la última década.

Nada tiene que ver en el descenso la pérdida de población inmigrante, colectivo que sí contribuyó en su momento a elevar la actividad. Si bien es cierto que el número de madres extranjeras ha descendido en términos absolutos respecto a los años de mayor actividad en los paritorios, llegando a protagonizar el 20% de los alumbramientos, en 2015, en concreto, se ha registrado un aumento respecto a 2014, pasando de 313 a 326, es decir, un 17,3% del total.

Otro aspecto a destacar en relación con los 1.878 nacimientos registrados el año pasado en la capital burgalesa -que suele aglutinar el 70% del total de la provincia- es el descenso de las cesáreas practicadas, en consonancia con el empeño de los profesionales del servicio del HUBU por potenciar el parto vaginal en la medida de las posibilidades. Así fue en el 85% de los casos en 2015. Así, el 15% de cesáreas mejora incluso la proporción de hace un lustro cuando se celebraba haber pasado del 23% de 2010 al 18,5% de 2011. Lo cierto es que desde entonces la reducción de esta práctica ha sido sostenida, en cumplimiento con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que apuntan al 15% alcanzado como el ideal. Para lograrlo se implantaban ya hace cinco años distintas medidas incluidas en la estrategia nacional por el parto normal.

Cabe indicar además que el grueso de los partos vaginales atendidos se desarrollaron de manera espontánea, es decir, sin necesidad de apoyos mecánicos para favorecer la expulsión. Sí tuvieron que emplearse fórceps o ventosas en 343 alumbramientos. En comparación con años anteriores la proporción de partos instrumentales -que así se denominan- se mantiene estable.

Por otra parte, y en consonancia con la tendencia general a la baja, se observa también un descenso del número de partos múltiples. El año pasado 43 mujeres dieron a luz a gemelos en el HUBU, 16 menos que en 2014. A los que se suma, igual que ocurría en el anterior ejercicio, un parto de trillizos, dato que entra dentro de la normalidad pues se estima que estos se dan una vez por cada 8.000 alumbramientos, que en Burgos suele concretarse en uno o ninguno al año, salvo en 2009 cuando se registraron tres.