Alrededor de 22.000 roscos para honrar y celebrar a San Lesmes

Sábado por la mañana y los fogones de la Agrupación de Peñas y Sociedades de San Lesmes rugían. En el día previo aprovechan para cocer el chorizo y la morcilla en la sede de cada peña. Lo hacen desde hace años porque el frío helador de finales de enero le jugaba malas pasadas cuando se hacían en la plaza de San Juan. «Optamos ya hace unos años por darle un golpe de calor en su caldo al chorizo y a la morcilla con su caldo mondongo para evitar que el frío o la nieve nos diera más de un disgusto que a veces nos paraba las ollas», recuerda el presidente de la Federación de Peñas y Sociedades de San Lesmes, Roberto Balbás.

En los hornos también fue, el de ayer, un día complicado. Las peñas encargan los roscos «al estilo tradicional y artesanal». Y por ello se prepara una masa para 7.000 roscos. Estas viandas, al estilo de lo que San Lesmes Abad repartía entre peregrinos y pobres de la ciudad en la que hoy es la Casa de Cultura hace casi mil años, empezarán a repartirse, de forma gratuita, desde las 12.30 horas, después de la misa solemne en honor al patrón de la ciudad. Para ese momento, como ya suele ser habitual, la cola en la plaza de San Juan será multitudinaria. Los organizadores esperan una gran afluencia de público. «Este año no ha nevado, esperemos que no llueva y además de los vecinos del centro esperamos que puedan venir de toda la ciudad», señala Balbás quien coordina desde el mes de septiembre al organización de las fiestas patronales de la ciudad en la que participan «con el tiempo del que disponen» más de 50 voluntarios.

Pero desde primera hora de la mañana los integrantes de la Hermandad Adelmus se encargan de repartir los ramilletes de roscos dulces de San Lesmes. A las nueve se abrirán las primeras casetas para poder adquirir, por un módico precio, estos panes bendecidos de los que se prevé entregar 15.000 panes. Muchos le hincarán el diente pero otros tantos seguirán la tradición de dejarlos colgados en su negocio o en su casa como una forma para garantizar la protección de santo.

De esta manera las peñas, cofradías y hermandades trabajan para repartir alrededor de 22.000 panecillos entre los muchos burgaleses que hoy se concentrarán en la plaza.

Es una fiesta de lo más castiza así que muchas lucirán su traje regional y ellos no olvidarán su capa castellana. «Animamos a todos, de asociaciones o no a que vengan ataviados de forma tradicional para participar con nosotros en el desfile», recuerda Roberto Balbás. Los dulzaineros animarán la zona entre al Iglesia de San Lesmes y el Monasterio de San Juan, centro neurálgico de la fiesta, desde primera hora pero la comitiva de San Lesmes arrancará a las 11 de la mañana. En ella participarán grupos folclóricos, autoridades, reinas y damas de la ciudad desde el Paseo del Espolón hasta la Iglesia de San Lesmes donde se hará un paseillo a los organizadores de esta festividad. También a los peregrinos franceses. Finalmente a las 12.30 se realizará el tradicional baile de Gigantillos que este año tiene una novedad, estrenará la cubierta del Monasterio.