Los concursos de acreedores golpean a la construcción aunque caen un 32%

El año 2015 supuso para la provincia burgalesa la confirmación de una caída progresiva en el número de empresas que entran en concurso de acreedores y es que, dichos procesos cayeron un 32% en 2015 respecto al año anterior, tal y como recogen los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Mientras que el año pasado 47 empresa entraron en concurso, durante el año 2014 fueron 70. El techo se alcanzaba en 2013, con un total de 97 concursos, un dato que confirma la caída de los dos últimos años. En este sentido, desde que se iniciara el periodo de crisis económica en el año 2008, en la provincia burgalesa se han realizado 449 procesos de concursos de acreedores, la mitad de ellos en los último tres años.

La radiografía del año 2015 deja un incremento de los procesos concursales en el cuatro trimestre respecto al anterior, al pasar de 5 a 11- 2 de ellas eran personas físicas sin actividad empresarial-, pero una reducción del 26% si se compara con el mismo periodo del año anterior. Fue en el segundo trimestre de 2015 cuando se produjo un mayor número de concurso, 19, mientras que en los tres primeros meses del año se llegó a 12.

«Sin lugar a dudas, 2015 ha sido mucho mejor que 2014, y desde hace tres años, el descenso ha sido continuado», explica José María Tapia, titular del Juzgado de lo Mercantil de Burgos, «no sé si estamos saliendo de la crisis o es que se están utilizando otros mecanismos alternativos al concurso de acreedores como los acuerdos extrajudiciales de pago, pero la realidad es que los datos son mejores».

Sin embargo, el magistrado se muestra pesimista en cuanto al presente año. «Solamente en este primer mes han entrado en el juzgado 9 concursos y si esto sigue así, seguramente los datos de 2016 serán peores que los de 2015», aseguró Tapia.

En cuanto a las características de los procesos concursales del último trimestre del año 2015, todos fueron de carácter voluntario mientras que en cuanto a la clase de procedimiento, tan sólo uno siguió la vía ordinaria, el resto se desarrollaron a través de un proceso voluntario. En los últimos años, esta técnica de actuación se ha convertido en algo habitual. En estos casos se presenta una solicitud para entrar el proceso concursal, una vez examinada la documentación y si es correcta, se designa un único administrador concursal. Los administradores pueden estar conformados por distintas figuras, tanto por una sociedad como por una persona física, por ejemplo abogados, economistas o auditores, entre otros. La decisión se toma en función de las características del concurso a un perfil u otro de profesión.

En cuanto a la tipología de las empresas más afectadas por los concursos de acreedores en estos últimos años, por norma general, han sido las correspondientes al sector de la construcción, la edificación y promoción inmobiliaria. En el caso concreto del cuarto trimestre de 2015, de los 9 concursos de acreedores realizados a empresas, 6 correspondieron a este sector. De las 3 restantes, dos correspondían al ámbito de las inmobiliarias financieras y seguros y una a la categoría catalogada como resto de servicios.

«Es más que evidente que el ámbito más afectado por este tipo de procesos, debido a la crisis severa que ha sufrido el sector, es el de la construcción y la edificación, aunque no hay que dejar de lado que otros sectores también están teniendo problemas», confirma el magistrado.