El último PIVE roza ya las mil ayudas

La aprobación de una nueva edición del Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE-8) tiene algo de ‘culpa’ de la recuperación de las ventas. Pese a que en esta ocasión se redujo el importe de las subvenciones y se aumentaron las exigencias no son pocos los que optan por acogerse a esta vía para ahorrar en la compra de un turismo nuevo, tanto particulares, como empresas.

En concreto y según el informe periódico que recibe Aconauto sobre las ayudas validadas distribuidas por provincias, en Burgos, los beneficiados por el PIVE 8 ascendían a 964 a mediados de enero.

El dato total aumentará en los próximos meses, pues la convocatoria se prorrogaba hasta julio de 2016 al quedar fondos -unos 100 millones de los 225 contemplados- tras expirar el plazo inicial que se agotaba en diciembre.

El presidente de Aconauto, Fernando Andrés, estima que en este nuevo periodo ocurrirá lo contrario y calcula que al menos un mes antes se habrá agotado el dinero previsto para estas ayudas destinadas a potenciar una disminución del consumo energético nacional mediante la incentivación de la modernización del parque de vehículos turismo (M1) y comerciales (N1) con modelos de alta eficiencia energética, con menor consumo de combustibles y emisiones de CO2.

Más allá de suponer un aliciente para quien decide adquirir un coche nuevo, el plan PIVE se ha revelado como clave en la dinamización de la economía nacional. Los informes de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) señalan que desde el primer programa al actual -el octavo- el impacto económico en Castilla y León supera los 553 millones y la recaudación de impuestos se eleva a 257,3.

Puesto en marcha por el Ministerio de Industria, Energia y Turismo, el primer plan PIVE entró en vigor el 1 de octubre de 2012.