Lerma suspende las clases en sus centros escolares hasta nuevo aviso

Los alumnos de los dos centros escolares de Lerma continúan hoy de vacaciones forzosas. El Ayuntamiento decretó ayer la suspensión hasta nuevo aviso de la actividad educativa a la espera de rematar los trabajos que se están acometiendo sobre las instalaciones. De acuerdo a los daños registrados en ambos inmuebles, en principio el colegio Pons Sorolla retomará las clases mañana, ya que las aguas del Arlanza no alcanzaron el interior del edificio. No así el instituto Valle del Arlanza, que tardará «unos días» en estar listo para que los estudiantes regresen a las aulas, tal y como advertía el delegado territorial de la Junta en Burgos,Baudilio Fernández Mardomingo, después de visitar el centro junto a la alcaldesa, Celia Izquierdo.Con un equipo de limpieza trabajando ya dentro del inmueble para achicar definitivamente los restos de la riada, el delegado pudo constatar los daños sobre las calderas y la instalación eléctrica. «Luz sí que hay, pero los enchufes están debajo del agua», indicó para, acto seguido, agradecer la colaboración del equipo docente, que se personó en el centro el mismo sábado para realizar «un esfuerzo que no se les pide».Por su parte, la regidora lermeña, en declaraciones a Ical, señaló que de haberse construido ya, la presa de Castrovido hubiese solucionado en gran parte el problema. No obstante, recalcó que «el cauce del Arlanza tiene que tener un mantenimiento», por lo que solicitó a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) «mayor limpieza» para que tenga «más sección». Asimismo, aseguró que el principal problema en este tipo de situaciones radica en que las crecidas del río entran «por los sumideros» a los edificios. Finalmente, apuntó que también «hay responsabilidades de que se ha construido en zonas donde no se debía de construir».Paseo por Salas

Antes de Lerma, Fernández Mardomingo se reunió en Salas de los Infantes con la alcaldesa, Marta Arroyo, y representantes de la Asociación de Comerciantes y Empresarios local (Acoes) para ofrecer líneas de crédito a través de Iberaval y cofinanciadas por el Gobierno autonómico para«acometer reformas».La propuesta del delegado se produjo después de recorrer la calle Filomena Huerta, la más afectada por el desbordamiento del Arlanza y con un gran número de negocios de diversa índole. Sin embargo, la «sensación» de Fernández Mardomingo, la regidora y el empresariado salense fue que «no hay daños estructurales que necesiten esta línea», si bien dejó la puerta abierta a estudiar cada situación en caso de que algún comerciante solicite dicho aval.Antes de reunirse con la patronal, el representante regional se personó en uno de los inmuebles más afectados del municipio: la residencia de ancianos recientemente adquirida por Aspanias. Allí observó de primera mano los restos de una inundación que alcanzó hasta dos metros de altura en el sótano. Pese a los desperfectos, y hablando ya en términos generales, celebró que «no tengamos que lamentar daños personales de ningún tipo».