El Correo de Burgos

SOCIEDAD Abordaje integral para víctimas y agresores

Terapia contra la violencia machista

507 mujeres y 101 hombres han recibido desde 2004 hasta 2015 atención psicológica ante la violencia machista en los programas de atención de la Consejería de Familia

Cada 25 de noviembre se celebra una manifestación para expresar el rechazo a la violencia contra las mujeres.-ISRAEL L. MURILLO

Cada 25 de noviembre se celebra una manifestación para expresar el rechazo a la violencia contra las mujeres.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
N. E. BURGOS
Burgos

Creado:

Actualizado:

El término machismo tiene una definición por completo esclarecedora: actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres. Así lo concreta la Real Academia de la Lengua. Por tanto, si delante de esta palabra colocamos otra como violencia machista o hablamos de un sistema de valores machista está meridianamente claro que todo parte del mismo concepto y de una visión injusta hacia la mujer.

La psicóloga María Ángeles Mediavilla, miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León y de la comisión territorial de violencia de género, opina que es necesario incidir en la educación en el seno de las familias para sacar la violencia y el machismo de ese contexto.

Aumentan las conductas violentas hacia las mujeres y aterra la cifra de víctimas de violencia y Mediavilla asegura que «el sistema de valores machista forma parte de la explicación de la violencia y solo en la medida en que este sistema de valores vaya modificándose, desde la formación y desde las campañas sociales, vamos a tener mejores condiciones para que se reduzcan los comportamientos agresivos hacia la mujer».

Una vez que la violencia se ha producido son básicos los recursos sociales para atajar sus consecuencias sobre quien la sufre (mujeres y niños), pero también es importante actuar con quien la ejerce (hombres) para evitar que el comportamiento se repita una y otra vez. La Junta de Castilla y León cuenta con dos programas paralelos en los que participa el Colegio de Psicólogos de la Comunidad Autónoma y que permite realizar un «abordaje integral de la violencia» en el ámbito de las víctimas y también de los agresores. Está el programa de apoyo psicológico contra la violencia de género, destinado a mujeres y menores de edad, así como el Fénix, específico para hombres y al que deben acudir de forma completamente voluntaria. Ambos consisten en ayuda psicológica en varias sesiones individuales con las que se pretenden conseguir unos objetivos concretos y que pasan, fundamentalmente, por recomponer vidas rotas por la violencia.

Víctimas y agresores

Los datos facilitados por Consejería de Familia de la Junta de Castilla y León muestran como han ido en aumento desde 2004 hasta 2015 el número de intervenciones psicológicas en lo que respecta a mujeres y menores. Un total de 507 mujeres y 101 menores han pasado por este programa en el periodo de tiempo antes indicado en la provincia de Burgos. El aumento de casos se observa en que en 2004 fueron 15 mujeres las atendidas, en 2011 llegaron a 71 y en el último ejercicio, en el de 2015, fueron 59.

Los datos del programa Fénix no muestran ese incremento en el número de hombres que pasan por las consultas de los psicólogos que participan en este servicio. De hecho es al revés, hay una disminución que obedece al carácter «voluntario» que se le ha dado a esta iniciativa. En los primeros años la oficina de atención penitenciaria enviaba a hombres maltratadores condenados por violencia de género a participar en este programa y se les permitía conmutar una parte de la pena. Sin embargo, ahora esto no es posible. La Junta estableció que solo los hombres que acudieran voluntariamente podrían participar en este tipo de apoyo psicológico. Por ejemplo, en el año 2007 pasaron 35 hombres por esta terapia y en el 2015 han sido 8. En total, desde 2004, los usuarios han sido 101.

Desde Familia indican que tras las sesiones, 15 en el caso de los hombres con dos de seguimiento al medio año y al año, mejoran de un 70 a un 80% las conductas. Aproximadamente en la mitad de los casos las parejas están separadas cuando reciben el apoyo psicológico, en la otra mitad siguen juntos y se pretende reconducir la convivencia y erradicar la agresividad.

Para María Ángeles Mediavilla, los menores son los «grandes supervivientes» en una situación de violencia en el hogar. Cuando los niños llegan a la consulta «están muy afectados, la violencia es muy difícil de asimilar, tienen confusión, inseguridad y miedo porque quienes deben ejercer de protectores hacia ellos (sus padres) les han fallado y esto les genera un terror que, a veces, es muy difícil de erradicar», explica la psicóloga, que añade que su situación es el «doble de complicada». De un lado tienen a una madre que es víctima como ellos y del otro a un padre que ha sido agresor y «ninguno de ellos está en las condiciones adecuadas para ayudar a sus hijos».

42 localidades de Castilla y León cuentan con estos dos programas de atención psicológica. En el caso de la provincia de Burgos están en la capital, en Aranda, Miranda, Medina de Pomar, Villarcayo y Villasana de Mena con un total de 8 psicólogos participantes.40 años de media y no se reconocen como maltratadoresLa edad media de los hombres que en los últimos años pasan por el programa Fénix ronda los 40 años. El requisito más importante para participar es que acudan de forma voluntario y no obligados por un juez después de una condena por maltrato. La psicóloga María Ángeles Mediavilla observa que este programa vendría bien para hombres de cualquier edad y, con ello, se refiere especialmente a los jóvenes de entre 25 y 35 años. Es cierto que la violencia comienza a edades muy tempranas como se ha puesto de manifiesto en decenas de encuestas en institutos, pero Mediavilla asegura que es cuando se produce la convivencia de pareja, cuando el hombre ve peligrar su estabilidad a causa de la violencia, cuando se decide a acudir.

En un porcentaje muy alto, el hombre que acude no se reconoce como agresor. «Definirse de esta manera es muy duro porque socialmente cada vez es más grande el rechazo al agresor y, por tanto, les resulta muy fuerte reconocerse como maltratadores», asegura esta experta en violencia de género, que añade que «tienden a justificar su comportamiento y a explicarlo en base a lo que les han hecho sus parejas y que ha propiciado un estallido de violencia».

Por la experiencia del Colegio de Psicólogos que atiende estas situaciones, lo habitual es que cuando acuden al programa no existe una denuncia previa ni órdenes de protección hacia sus mujeres. «Están justo en ese punto en el que piensan que una nueva situación agresiva y su mujer acudirá al juzgado o a la policía», apunta Mediavilla.

Muchos hombres acuden cuando sus mujeres se informan a través de los teléfonos de ayuda a la víctima (016 o 012) y de los servicios sociales de su localidad. Antes de iniciar las sesiones, 15 en total con dos de seguimiento, se realiza una evaluación inicial de cada caso.

tracking