El Correo de Burgos

ROBERTO RUIZ / Profesor en el inicio del Aula Alternativa

«El colegio debe compensar las dificultades, no acentuar las desigualdades»

Roberto Ruiz-ISRAEL L. MURILLO

Roberto Ruiz-ISRAEL L. MURILLO

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V.M. / BURGOS
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Roberto Ruiz es docente en el IES López de Mendoza y profesor asociado de la UBU. En el curso 2003- 2004, la Dirección Provincial de Educación le propuso que se encargara del Aula Alternativa. Este mes presentó su tesis sobre ‘Medidas de atención a la diversidad. Una experiencia de Aula alternativa de adaptación e intervención educativa en Burgos para alumnos en riesgo de fracaso y abandono escolar’, con la que recibió mención Cum Laude.

Pregunta.- ¿Cómo fueron los inicios del Aula Alternativa?

Respuesta.- Se inicia en el curso 2003/ 2004, el año anterior se cerraba el Colegio Miguel Cervantes y la Dirección Provincial de Educación vio que era un sitio idóneo para atender a esos chavales de 15 años que se habían desligado del sistema educativo por diferentes motivos. En los primeros años faltaba un contenido más específico porque con ellos había que intentar que no se quedaran fuera y poco a poco el contenido se ha ido acoplando al propio funcionamiento del Aula, fundamentalmente, gracias a la experiencia pedagógica. La verdad es que ha sido un reto apasionante para mí, que ha significado mucho tanto en mi vida profesional como en mi vida personal y, por eso, no descarto volver.

P.- Además del programa educativo se trabaja un programa complementario sobre el comportamiento.

R.- Así es, se basa en un modelo de corte cognitivo conductual en el que se trabaja a través de fichas con los colores del semáforo. Es una plantilla muy sencilla sobre la cual se va regulando el comportamiento y la actitud de los alumnos.

P.- Parece mentira que algo tan sencillo de tan buenos resultados.

R.- Sí, cuando lo contamos la gente es escéptica, pero el hecho de que alguien esté pendiente de ellos y se preocupe porque mejoren, es muy importante para ellos. En mi tesis he analizado 11 años de trayectoria con 110 alumnos y es cierto que no en todos los alumnos da los mismos resultados y unos años, el recurso funciona mejor que en otros.

P.- ¿En qué casos no funciona?

R.- En aquellos en los que el alumno no sólo requiere un apoyo educativo sino un complemento psicológico. Para ello sería necesario un seguimiento psicológico que se complemente con la acción educativa que se desarrolla en el aula.

P.- ¿Qué fue lo más complicado en los inicios del aula?

R.- Fue que no había un precedente y que había que partir de cero. Sin embargo, a raíz de la tesis hemos descubierto que ya existe esta alternativa en otras comunidades, por ejemplo, en País Vasco existen unos programas complementarios de escolarización desde 1998. El hecho es que hemos descubierto que es una herramienta beneficiosa a nivel individual, sobre todo en cuanto al autoestima y el autoconcepto, y que los alumnos y sus familias están muy contentos en general, pero esta no es la solución.

P.- ¿Cuál es la solución?

R.- Sin duda, una revisión del sistema para que no tengan que existir medidas de este tipo porque algunos autores muy importantes critican medidas como el Aula Alternativa porque no suponen la inclusión de estos alumnos, pero la pregunta es qué hacemos con ellos mientras cambiamos el sistema. Claro que es una medida criticable, pero sin duda, también defendible por lo que aporta a nivel personal al alumno y porque reportan el daño que, muchas veces, el sistema les ha causado a estos chavales. Hay que buscar formas de ir eliminando esta herramienta mientras se transforma el sistema.

P.- ¿Por qué se decidió que el formato educativo que ahora se utiliza en el Aula Alternativa es el idóneo ?

R.- Es importante explicar que uno de los grandes inconvenientes que tiene el sistema educativo es un currículo excesivamente academicista, poco significativo para el alumno, descontextualizado, poco funcional y poco práctico. No sé si lo que estamos enseñando contribuye a su formación integral, sí a la cognitiva, pero no a la formación completa de las personas como es el caso del plano social o el emociona. Un programa más amplio que contemple esos planos y el área práctica y funcional de los contenidos sería más óptimo para el desarrollo del alumno, que le permita contar con competencias para participar en la sociedad de forma responsable. El problema es que las leyes hablan de un modelo inclusivo con el principio de atención a la diversidad, pero luego en el aula, la diversidad se considera algo especial y se queda ahí. Lo normal es lo diverso.

P.- Un modelo que sí se desarrolla en el Aula Alternativa para romper con el fracaso escolar.

R.- Así es, cuando hablamos de fracaso escolar ponemos la lupa en el alumno y en la familia, pero creo que el foco hay que ponerlo también en el ámbito escolar. A una clase cada alumno llega con su mochila de libros pero dentro también llega una problemática concreta. No puede atender lo mismo una explicación un chico que ha desayunado con sus padres y que le han dado un beso al salir de casa, que uno que no tiene qué desayunar y que cuando se levanta está solo. Es absolutamente necesario que el colegio compense las dificultades, no solo que trasmita conocimientos, y ahora lo que se hace es acentuar aún más las desigualdades. La distancia entre lo que dice la ley educativa y lo que se hace es abismal.

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