Cuatro décadas recuperando y reivindicando el folclore castellano

Justo del Río Velasco (1894-1985) sigue presente a través de la Agrupación de danzas que él mismo creo y que porta con orgullo su nombre. Mantienen vivas, sobretodo, sus enseñanzas que se basan en «recuperar, enseñar y difundir el folclore castellano repartido por toda la provincia de Burgos no sólo en sus bailes o danzas sino también en sus trajes, en su música, sus instrumentos tradicionales...». Así resume el objetivo de más de cuatro décadas de trabajo la directora artística de la agrupación, Regina Peñacoba.

Sigue a pies juntillas las enseñanzas del ‘maestro’ que sembró la semilla del folclore burgalés en miles de niños a través de una Escuela Infantil que él fundo en los años 70 y de la que hoy se nutren la mayoría de las agrupaciones folclóricas burgalesas que hacen que esos bailes, músicas y trajes regionales estén muy presentes en la ciudad.

La idea de crear una Escuela de Danza estuvo relacionada con el Orfeón Burgalés del que Justo del Río fue barítono. Allí, de la mano de Antonio José, y los directores que le sucedieron, se acostumbró a buscar pistas del folclore por los pueblos de Burgos. Una búsqueda incesante que hoy siguen realizando sus alumnos, hoy al frente de la agrupación que se escindió del Orfeón Burgalés en el año 68. «Justo del Río era muy independiente y trabajar en una sección de danzas dentro de un grupo tan potente como el Orfeón Burgalés le cortaba un poco las alas», resume Peñacoba.

Esas enseñanzas impartidas en la primera Escuela de Danza Infantil penetró en sus alumnos que hoy mantienen muy viva y activa esa formación que «no sólo nos sirve de cantera sino que el objetivo final es que los niños conozcan, amen, protejan y estén ligados al folclore de su tierra». Y lo logran. La escuela goza de una extraordinaria salud con 150 alumnos de tres a 16 años con clases diarias aunque cada alumno recibe formación dos días a la semana.

Con el andar de los años vieron que no sólo los niños querían aprender a bailar la danza castellana. También personas mayores, de 40 años, «querían aprender pero no encontraban dónde». Así nació la Escuela de Adultos que hoy cuenta con 47 alumnos y se han visto obligados a doblar las clases.

Pero además de la formación también tienen una función de conservación de las tradiciones de Burgos. «No nos conformamos con el repertorio que heredamos del maestro. Él falleció en 1985 pero nos dejó las bases para seguir investigando y hemos completado su legado», recuerda Peñacoba. De esta manera en los últimos años ha logrado que vuelva a sonar la Gaita de fuelle gallega y zamorana que «se tocaban hasta los años 20 porque hemos recuperado partituras donde se incluía». El mismo resultado han tenido con el pito de tres agujeros, el vestuario del que tienen representada toda la provincia o el completar los ritmos y seguir incrementando el repertorio de bailes y canciones.

La difusión de esta riqueza cultural está también en los genes de la Agrupación de Danzas Justo del Río. Desde el principio en las exhibiciones de danza de los años 50 y 60 se proyectó la imagen de la sevillana y el flamenco pero «el objetivo de Justo del Río era mostrar la riqueza del folclore castellano fuera de nuestras fronteras», labor en la que siguen en el grupo de danzas de hoy formado por 18 chicas y 12 chicos. Allí donde van constatan que «el extranjero ve el cartel de las sevillanas y cuando nos ven con nuestros trajes tan diferentes y nuestra música y nuestros bailes se sorprenden y para nosotros es un orgullo», resume Peñacoba. Algo que seguirán haciendo una vez terminen las marzas con el Festival Internacional de Folclore y las actuaciones que realizan por todo el país y fuera de él con el único objetivo de recuperar las tradiciones de una tierra y el legado de un maestro.