El Correo de Burgos

Regreso al pasado ‘Paso a pasito’

Una exposición etnográfica en el Monasterio de San Agustín muestra un recorrido por la infancia de los años 1850 al 1950, a través de una recopilación de archivos fotográficos y objetos de la época

Loa muñecos Mariquita Perez y Juanín.-RAÚL G. OCHOA

Loa muñecos Mariquita Perez y Juanín.-RAÚL G. OCHOA

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VALERIA CIMADEVILLA
Burgos

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Con paso firme rebobinamos en el tiempo hasta llegar a esa época en la que nuestros abuelos jugaban con la Mariquita Pérez y el muñeco Juanín. En la que los cuentos de Calleja amenizaban las tardes de los niños, mientras que las niñas bordaban paños de trapo. Y en el que las mujeres parturientas se llenaban de amuletos para traer suerte al niño que venía.

La exposición etnográfica ‘Paso a pasito’ -realizada por las Aulas María Zambrano dentro de su programa de Envejecimiento Activo del Ayuntamiento de Burgos- se inauguró ayer en la sala de exposiciones del Monasterio de San Agustín. Pretende hacer un recorrido por la infancia entre los años 1850 y 1950, comenzando un poco antes, en la fecundidad.

Usos, costumbres y maneras de hacer que ahora veremos como increíbles, pero que en aquel momento era lo normal. Así, su intención no es otra que la de contribuir a un mejor conocimiento de esos modos de vida que han ido cambiando hasta ser prácticamente desconocidos por una parte importante de las actuales generaciones.

Con una amplia selección de fotografías y varios objetos de uso popular, quiere enseñar al espectador cómo era quedarse embarazada, el proceso hasta el parto y la infancia. Hay un especial interés por las principales ceremonias que se producen en la niñez, como el bautizo y la comunión. También la educación y esa escuela en la que el maestro era una parte muy importante en la vida del infante.

Los alumnos de las Aulas María Zambrano se han esforzado con esmero, no solo aportando su propia documentación y pertenencias, sino también recopilando toda la que han podido, gracias a la colaboración de más gente.

Como Carmen Salvador, encantada con el trabajo que ha realizado. «Siempre me han gustado los temas que nos sujetan a nuestros antepasados, las raíces que todos tenemos».

Aunque les ha llevado tiempo, asegura haber disfrutado mucho buscando y seleccionando las fotografías y demás objetos. «Son cosas que te traen mucho recuerdos». Cuando lo compara con la actualidad y ve las diferencias no puede evitar añadir que «estas cosas despiertan la ternura que no la despierta un teléfono móvil».

Sus nietos no dan crédito cuando ven los juguetes de antaño, «se ríen cuando les cuentas a que jugabas, les hace gracia».

Recuerda también como un camión difundía la cultura que no se podía ver en los pueblos, como traer fotos de cuadros muy conocidos o alguna película, llamadas misiones pedagógicas. O el indice de los libros prohibidos, escrito por un maestro. «Es curioso que ‘Platero y Yo’ estuviera prohibido, no se podía tener en la escuela».

Carmen afirma que la documentación ha sido muy extensa y que realmente hay solo una pequeña parte expuesta de todo lo que consiguieron reunir. «Es una pena, porque esta tradición se irá perdiendo», y no le importaría que hubiese un museo etnográfico en Burgos, o por lo menos algún lugar donde poder guardar todos estos recuerdos.

La exposición estará abierta hasta el 28 de mayo de martes a sábado de 12 a 14 horas y de 18.30 a 20.30 horas y los domingos y festivos de 11 a 14 horas. El lunes permanecerá cerrado.

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