El Correo de Burgos

ECONOMÍA

Micropymes, las más afectadas por los procesos concursales

7 de las 9 empresas que entraron en concurso de enero a marzo tenían entre 0 y 5 trabajadores

Imagen de una obra de reforma de un portal.-ISRAEL L. MURILLO

Imagen de una obra de reforma de un portal.-ISRAEL L. MURILLO

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V.M. / BURGOS
Burgos

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El primer trimestre del año 2016 sigue confirmando un descenso progresivo del número de empresas que entran en concurso de acreedores, y es que este ha sido el mejor primer trimestre desde el año 2011, cuando hubo 8, tal y como recogen los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Desde enero y hasta marzo, se registraron en la provincia burgalesa 10 concursos de acreedores, dos menos que en el mismo periodo del año anterior y uno menos que en el último trimestre del año.

El mayor número de concursos de acreedores se produjo en el año 2013, con 97 procesos de este tipo. Ese fue el punto de inflexión, ya que en 2014 se registraron 70 y en 2015, prácticamente se redujeron a la mitad, con 47. Así las cosas, desde el inicio de la crisis en el año 2008, se han producido 449 procesos de concursos de acreedores, la mitad de ellos en los último tres años. La inmensa mayoría se dieron en empresas aunque una pequeña parte se produjo en personas físicas sin actividad empresarial y es que, aunque se trate de una fórmula poco habitual en el territorio nacional, en otros países es un procedimiento muy frecuente.

En el caso de la provincia burgalesa, de los 10 concursos que se desarrollaron durante el primer trimestre del año, 9 correspondieron a empresas -7 de ellos a micropymes con menos de 5 trabajadores- y uno a persona física sin actividad empresarial. Todas ellos fueron de carácter voluntario y se desarrollaron a través de procesos abreviados. «Sin ninguna duda los concursos de acreedores están ligados al momento económico, poco a poco la situación está mejorando y ese cambio también se ve reflejado en la reducción del número de procesos concursales», explica Sergio Carpio, abogado de Valor Asociados.

La realidad es que, en los últimos años, esta forma de actuar se ha hecho habitual. El proceso se inicia presentando una solicitud para entrar el proceso concursal, una vez se examina la documentación y si es correcta, se designa un único administrador concursal. Los administradores pueden personificarse en distintas figuras, tanto por una sociedad como por una persona física, por ejemplo economistas abogados, o auditores, entre otros. La decisión se toma en función de las características del concurso a un perfil u otro de profesión. En este sentido, el abogado asegura que «en gran parte de los casos se solicita el concurso demasiado tarde, el carácter de los españoles les hace intentar salvar la empresa hasta el final y esa decisión a veces perjudica la entrada en concurso, cuyo fin último es conseguir que la empresa vuelva a ser viable y no su disolución como muchos piensan».

Aunque los concursos de acreedores afectan tanto a agrandes, medianas como pequeñas empresas, los datos recogidos por el INE muestran que durante el primer trimestre en la provincia burgalesa, 7 de las 9 empresas que entraron en procedimiento concursal tenían entre cero y cinco trabajadores, lo que implica que el 77% de las empresas afectadas eran micropymes. En cuanto a las dos restantes, una de ellas contaba con una plantilla de entre 20 y 49 trabajadores y la restante aparece sin clasificar.

En cuanto a la tipología de las empresas más afectadas por los concursos de acreedores en estos últimos años, por norma general, han sido las correspondientes al sector de la construcción, la edificación y promoción inmobiliaria. Sin embargo, en el primer trimestre del año, de los 9 concursos de acreedores que se produjeron únicamente dos se dieron en dicho sector; en concreto, uno en el ámbito de la edificación y la promoción inmobiliaria y uno, en otro ámbito del sector. El resto de los procesos concursales correspondieron dos a empresas dedicadas a la industria, dos de comercio al por mayor, una al transporte y una más sin identificar.

«Durante estos últimos años, las empresas más afectadas por los procesos concursales han sido las referidas al sector inmobiliario debido a la estallido de la burbuja inmobiliaria, pero ahora se dan entre empresas más diversas».

Por otra parte, de las 9 empresas 4 contaban con un volumen de negocio de hasta 250.000 euros; una, entre 250.000 y 500.000 euros; una, entre medio millón y un millón de euros; una más, entre 2 y 5 millones de euros;otra, entre 5 y 10 millones de euros y un más cuyo volumen no estaba clasificado.

«Se ha tocado fondo en este ámbito, con tres años de caída continuada, los economistas aseguran que los datos macroeconómicos son mejores y es lógico que esos datos se reflejen en una mayor disminución de los procesos concursales en lo que queda de año».

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