Medio centenar de investigadores se mudan a los 17 laboratorios del CIBA

El Centro de Investigación en Biotecnologías Alimentarias (CIBA) de la Universidad de Burgos estará a pleno rendimiento en septiembre con medio centenar de investigadores, entre profesores, estudiantes doctorales y becarios.

El decano de la Facultad de Ciencias y director del parque tecnológico de la UBU, Gonzalo Salazar, explicaba que ya hay dos laboratorios listos para trabajar y en las próximas semanas se concluirá el montaje del tercero.De esta manera, los grupos de investigación en estas áreas podrán ir trasladándose poco a poco entre junio y también en julio.

Este edificio contiene equipamiento tecnológico puntero para investigar sobre seguridad alimentaria, productos funcionales o bioactivos, desarrollo de nuevos productos, en relación con el tratamiento y valorización de aguas residuales y de nuevos procesos, entre otras cuestiones. Proyectos que contribuirán a devolver a la sociedad en forma de resultados de la investigación, lo que la sociedad ha invertido en la construcción de esta dotación que ayer fue presentada en sociedad. Así lo indicaba el vicerrector de Infraestructuras de la UBU, Juan Manuel Manso, que recordaba que esta es la mayor inversión que se realiza en investigación en un solo campo en la Institución Académica burgalesa en sus 22 años de historia. El edificio y su equipamiento ha supuesto una inversión total de 5,5 millones de euros, financiados en un 80% a través de los fondos Feder, mientras que el 20% restante lo aportó la Junta de Castilla y León. La UBU suma 2.180 metros cuadrados de espacios destinados a la investigación.

El rector en funciones, Alfonso Murillo, quiso despedirse de su mandato al frente del Gobierno de la Universidad de Burgos, con esta visita al CIBA, una infraestructura que pretende potenciar las titulaciones relacionadas con la alimentación, así como el grado en industrias alimentarias.

17 laboratorios

El edificio cuenta con 17 laboratorios, una planta piloto industrial donde se podrá trabajar en el procesado de alimentos, así como un animalario. Los ensayos con ratas y ratones estarán dedicados a conocer el efecto de la ingesta de alimentos o productos bioactivos sobre la capacidad antioxidante y efecto protector sobre biomarcadores asociados a diferentes patologías como enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y cáncer. También servirán para el estudio in-vivo de interacciones fármaco-alimentos.

La planta piloto industrial es otro de los elementos destacados del edificio, que se distribuye en un total de cuatro plantas y que está comunicado con el edificio del parque científico de la UBU, junto a la Facultad de Ciencias. Esta zona de trabajo está destinado al desarrollo de nuevos productos y alimentos basados en las investigaciones de todos los grupos, permitiendo su fabricación, pero también la optimización de los procesos y estudios de conservación de los productos finales.

Salazar explicaba que los laboratorios permitirán diversificar e incrementar las líneas de investigación que se realizan en algunos de los laboratorios de la Facultad de Ciencias y, además, la creación de nuevos servicios de apoyo a la investigación del resto de grupos de la universidad o de otros centros de investigación. La UBU está ultimando un catálogo de servicios que complementará la investigación transversal que se podrá realizar en este centro con las nuevas tecnologías que se están instalando.

El CIBA ha sido diseñado por los arquitectos Juan Miguel Martínez y María Dolores Contell, que ganaron un concurso de ideas en el año 2010. La construcción corrió a cargo de la empresa Edhinor y el equipamiento ha contado con la empresa Hib, S.L. Tanto los diseñadores como los responsables de las empresas explicaron ayer a los asistentes las peculiaridades de la nueva dotación de la UBU.

El próximo proyecto en materia de investigación en el que trabaja la Universidad de Burgos también está relacionado con la alimentación y contará con la colaboración económica de Campofrío. Su construcción se desarrollará en una parcela cercana al CIBA, justo al otro lado de la parte del vial del bulevar que queda por desarrollarse. Este suelo ha sido cedido por el Ayuntamiento de Burgos a la UBU para que se desarrollen investigaciones en industrias de la alimentación.Más financiación y Hospital de la Concepción

Alfonso Murillo, rector de la UBU durante los últimos ocho años, hacía un llamamiento a las instituciones de la ciudad, más allá de la universidad, para poner en marcha el Hospital de la Concepción, en la calle Madrid. «Que todavía no tenga una actividad, la ciudad no lo puede seguir permitiendo ni consintiendo», aseguró, a la vez que opinó que daría mayor actividad a la zona sur de la capital.

El catedrático en Derecho Romano, que volverá a la docencia el próximo 19 de septiembre, después de esta experiencia en la gestión universitaria descartó que tuviera en mente «una puerta giratoria» para dedicarse a otros asuntos.

Murillo se despide del Gobierno de la UBU reivindicando «discriminación positiva» para la InstituciónAcadémica burgalesa, que se sigue financiando de acuerdo a los criterios porcentuales que existían en los «orígenes» de la universidad. Según manifestó, «al nuevo rector le corresponde seguir reivindicando a la Junta, una financiación más justa, y espero que tenga más suerte y éxito que yo, porque estamos igual que hace ocho años en este campo». Para el rector en funciones, que será sustituido por Manuel Pérez Mateos, en una toma de posesión que se celebrará en los primeros días de junio, la crisis económica no justifica que la UBU tenga menos financiación que otras universidades con más trayectoria en Castilla y León.