El Correo de Burgos

PREGÓN TAURINO

«Los toros en Burgos son el puntal económico de las fiestas de San Pedro»

El ‘Niño de la Capea’ y el periodista Iñigo Crespo defienden el toreo como la gran apuesta ecológica, cultural y económica del siglo XXI

El periodista Íñigo Crespo, antes de comenzar su intervención de ayer.-ISRAEL L. MURILLO

El periodista Íñigo Crespo, antes de comenzar su intervención de ayer.-ISRAEL L. MURILLO

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Se acercan los festejos taurinos a la Cabeza de Castilla. A un paso de arrancar el mes de junio, San Pedro asoma por el horizonte y con él los festejos taurinos, esos que defendieron ayer el diestro Pedro Gutiérrez Moya ‘Niño de la Capea’ y el periodista Íñigo Crespo en un pregón casi a dúo en el que pusieron en valor el potencial cultural, ecológico y económico de la Tauromaquia en su conjunto y de la feria de San Pedro en particular.El acto contó con la presencia también de la edil de Deportes,Lorena de la Fuente. «Los toros son un puntal económico de las fiestas de Burgos, un timón de ingresos directos e indirectos para la ciudad», expuso Crespo. «De manera directa ningún otro espectáculo cultural de los cientos que pueblan el programa de fiestas de San Pedro ingresa un montante económico en las arcas municipales. Al contrario. El resto, desde los fuegos artificiales, los conciertos de toda índole y las competiciones deportivas, parten de un aporte presupuestario de dinero público», subrayó antes de insistir en la argumentación: «De manera indirecta, las más de 30.000 personas que compraran una entrada para ver toros en San Pedro, ingresan en la ciudad una importante suma de dinero en sectores tan vitales como la hostelería o el sector servicios».

Lejos de comparativas culturales ancestrales o referencias a los grandes creadores de otros ámbitos del arte como pintores o escritores, Íñigo Crespo apuntó: «La Tauromaquia es Cultura reconocida por ley por las Cortes Generales y además es cultura no sólo por su capacidad de creación estética que poseen los toreros sino por la creación de bravura que poseen los verdaderos ecologistas del siglo XXI que son los ganaderos de bravo, garante de la dehesa como espacio de vida y biodiversidad entre el hombre y la naturaleza». Y expuso un dato conocido esta misma semana y hecho público por la Unión de Criadores de Toros de Lidia: «La actividad ganadera genera un volumen de negocio que supera los 205 millones de euros». La intervención de Íñigo Crespo tuvo también un recuerdo para el Niño de la Capea como «una de las grandes referencias de los años 80», aseguró. «Torero hecho a sí mismo, Pedro Gutiérrez Moya ha logrado dar una vuelta de tuerca a su impronta de gran figura del toreo, asentándose como figura de los ganaderos y siendo el estandarte del encaste Murube, un tipo de toro muy bravo y muy particular».

GESTAS Y GESTOS

El Niño de la Capea refrendó las afirmaciones del periodista en un coloquio abierto y diáfano entre ambos. Recordó sus orígenes, vinculados a la plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao donde tomó la alternativa: «Me sentí muy torero de Bilbao porque lo fui. Allí me adoptaron como suyo, me dieron las oportunidades que necesitaba, me pusieron a competir con todos los novilleros punteros, me empujaron, me llenaron de estima cuando más lo necesitaba y no solo en mi época de novillero sino incluso de matador». Y abundó en que fue un torero querido en todo el Norte: «Siempre dije que tenía dos plazas muy mías, Bilbao y Málaga. Pero en general, en todo el Norte me sentí muy esperado y muy querido», precisó.

El Capea habló de Burgos como «la llave del Norte» y especificó que su carrera a orillas del Arlanzón: «Fue muy dilatada, como fue toda mi trayectoria. Recuerdo dos orejas que le corté a un toro de Salvador Domecq en 1985 alternando con Julio Robles y Ortega Cano y una tarde muy importante que tuve en mis inicios, en 1974, que salí también a hombros con una corrida de Chopera, con Antonio José Galán y Roberto Domínguez».

La propia carrera del Niño de la Capea en Burgos es un gesto y una gesta. 17 paseíllos hizo el salmantino en El Plantío entre 1973 y 1997 que toreó por última vez. Se presentó el 2 de julio de 1973 con una corrida de Conde de Mayalde junto a Ruiz Miguel y Julio Robles. Toreó 14 corridas de toros y 3 festivales. Su despedida vestido de oro fue el 2 de julio de 1988 con una corrida de su propio hierro junto a Roberto Domínguez y el burgalés Luis Miguel Calvo. Como ganadero, El Capea ha lidiado en cuatro ocasiones: 1988, 2004, 2005 y 2015. Ejemplo del encaste Murube, el salmantino admitió: «Tengo mucha ilusión con la corrida de este año. Este es un encaste con mucha suavidad y mucha profundidad y delante van a estar tres toreros muy importantes que torean para él animal y pueden sacar toda la bravura y el fondo a la corrida».

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