«El Curpillos es la bella expresión de la devoción religiosa popular»

Fidel Herráez vivió ayer su primera festividad del Curpillos como arzobispo en un marco «incomparable» como el Monasterio de Las Huelgas Reales.

Durante la Santa Misa oficiada por él, recordó cómo de niño le explicaban que había 3 jueves al año que relumbraban más que el sol, uno de ellos el día del Corpus Christi.

Aunque la festividad se ha pasado en la actualidad a un domingo, para Herráez el Curpillos no deja de ser una prolongación del Corpus Christi. Por eso tuvo un significado muy especial para él.

«Tiene esta bella expresión de lo que es la devoción religiosa popular». Muy contento de que converjan la parte religiosa y popular, apeló por la existencia de más días así. «Me agrada que podamos unirnos en alegría en esta celebración festivo religiosa y civil. Ojalá que tuviésemos muchos momentos del año así.». A lo que añadió que «está muy bien que se aúnen lo religioso y lo popular con la participación de tan diversas realidades de la vida del día a día.

Además coincidió también con la celebración del Sagrado Corazón, incidiendo en que el corazón de Jesús es la máxima expresión humana del amor de Dios. «Ahí se manifiesta el amor de Dios, a través del amor humano de Cristo».

Así, repitió unas palabras del Papa Francisco dichas recientemente: «¿Quieren aprender a amar? Pues miren en el corazón de Jesús». Finalmente deseó que fuera una gran día para todos los asistentes. «Me uno con toda la alegría a esta fiesta y deseo que sea espléndido para todos».

Después de la eucaristía el arzobispo salió en la comitiva, junto a otras autoridades eclesiásticas, militares y civiles, que acompañaba al Pendón de las Navas de Tolosa en la procesión por las calles del barrio de las Huelgas.