La ronda noroeste suma un nuevo retraso y no se acabará en junio

El cierre definitivo de la circunvalación de Burgos deberá esperar unos meses. El plazo anunciado en su visita a Burgos en julio de 2015 por la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, de que el tramo que queda para cerrar la BU-30, el que une Villalbilla y Quintanadueñas, estaría listo en junio de este año no se va a cumplir definitivamente.

Según informan fuentes del Ministerio deFomento, en este tramo se «sigue trabajando. Pero «debido a las condiciones climatológicas, la obra se ha visto ralentizada». Estas mismas fuentes añaden que las «fuertes lluvias caídas y las serias inundaciones del terreno, han imposibilitado dar la continuidad esperada y deseada a las ejecuciones con maquinaria pesada».

Estas condiciones climatológicas adversas son las que han motivado, segúnFomento, este nuevo retraso. El Ministerio señala que se sigue trabajando,«en la medida de lo posible, por la humedad del terreno», en la explanación de la calzada del tramo que resta por asfaltar, para posteriormente llevar a cabo los trabajos cementación. Asimismo, Fomento informa de que las estructuras «están prácticamente acabadas, salvo una en el entorno de Villalbilla y una parte sólo de otra sobre el ferrocarril». Por otro lado, ya se trabaja a ritmo en la cuneta y mediana del tramo con firme. A pesar de este retraso, el Ministerio de Fomento señala que el plazo contractual de la obra es a finales de octubre de este año y el interés de los técnicos es «avanzar a todo el ritmo posible, si la climatología lo permite».

El tramo que queda para completar el anillo de circunvalación y que une Villalbilla y Quintanadueñas tiene una longitud de 9,1 kilómetros.Se trata de un nuevo trazado entre la autovía A-231 (Burgos-León) y la conexión de Quintanadueñas, dividida en dos enlaces y diez viaductos, entre los que destaca el que pasa por encima del río Arlanzón. Este tramo tiene un presupuesto de 74,8 millones de euros.