El Correo de Burgos

ATAPUERCA

Del cuaderno de campo a la tecnología 3D en los yacimientos

El trabajo de los arqueólogos ha incorporado en estos años las últimas tecnologías

Los científicos han incorporado a su día a día en el yacimiento las últimas tecnologías.-ICAL

Los científicos han incorporado a su día a día en el yacimiento las últimas tecnologías.-ICAL

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Cada mañana desde hace varios días, decenas de científicos acuden a los yacimientos de Atapuerca para intentar escribir un nuevo capítulo en la historia de la internacional sierra. En el petate de la gran mayoría no faltan PDA’s ni ordenadores de última generación capaces de resolver en apenas unos minutos lo que hace apenas una década parecía un rompecabezas.

La tecnología de última generación, como en el resto de espacios del complejo siglo XXI, se ha instalado en Atapuerca para quedarse y resolver en menos tiempo cuestiones tan diversas como la datación de un estrato o la morfología de un resto de homínido.

José María Bermúdez, codirector de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca y responsable de un equipo de trabajo del Centro Nacional de la Evolución Humana de Burgos (CENIEH), afirma que se «sigue sorprendiendo» con la «rapidez» y «precisión» con la que «la tecnología ha tomado a Atapuerca». En declaraciones a Ical hace un viaje por el tiempo analizando los los «pros, porque no hay contras» de la suma de elementos tecnológicos al trabajo que realizan en la conocida sierra.

«Reconozco que el avance ha sido impresionante. Atrás quedaron los calibres y esas cosas que utilizábamos y ahora todo es tecnología digital», explicó el responsable del yacimiento de Gran Dolina, que entiende que el cambio «ha sido impresionante» aunque «todavía no se pueden hacer dataciones al momento».

Así, destacó que «se ha avanzado mucho en los sistemas de datación ganando precisión, pero hay que saber que se tarda un tiempo en llegar al dato». En el campo se toma el dato y no es hasta «el cabo de unos meses» cuando un yacimiento, que ya por olfato se puede presuponer en un intervalo temporal u otro, cuando llega a delimitarse de forma completa y exacta. Una labor fundamental para aquellas personas que desde hace unas semanas trabajan en la sierra burgalesa con el ánimo de seguir descifrando el complicado mapa evolutivo del que, según Bermúdez, «queda mucho, pero que mucho por descubrir».

Desde hace unos seis años, todos y cada uno de los datos que se extraen diariamente en la campaña de excavación se almacenan mediante un una herramienta denominada ‘3COOR Data Base’, que permite recordar y recuperar en cualquier momento, de una manera rápida y eficaz, toda la información obtenida en el trabajo de campo. De este modo, la cantidad de datos que se almacenan a lo largo de los dos meses de campaña se comprimen para su posterior recuperación. Ya no hay ni rastro del papel ni de los famosos cuadernos de campo con los que tanto Bermúdez de Castro como sus colegas Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell confiaron sus conocimientos cuando empezaron a excavar de la mano del profesor Emiliano Aguirre.

En un ejercicio de memoria, Bermúdez de Castro recuerda cómo hace tres décadas los ahora codirectores trabajaban «sin apenas recursos» y «con algún que otro invento que nosotros habíamos inventado». Pese a los avances conseguidos, el método de trabajo no ha variado en exceso y la paciencia sigue siendo más que necesaria.

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