El Correo de Burgos

Un proyecto para dar respuesta a las inquietudes de los alumnos

El Colegio Campolara desarrolla, con alumnos de altas capacidades y alto rendimiento del centro y de otros colegios, el proyecto Crece / Ofrece un conjunto de experiencias complementarias a lo establecido en el curriculum ordinario /Tiene dos apartados, Abre tu mente y Abre tu corazón

Parte de los alumnos que participan en el apartado Innova del proyecto Crece.-ISRAEL L. MURILLO

Parte de los alumnos que participan en el apartado Innova del proyecto Crece.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
VIRGINIA MARTÍN
Burgos

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Además de la formación académica, la formación humana, atendiendo a las facetas cognitiva, social, emocional y espiritual, es una pieza fundamental en la educación de un niño. Con este objetivo nace el proyecto Crece del Colegio Campolara. «Creemos que la escuela debe estar abierta a la comunidad, es preciso superar la concepción tradicional de la escuela integrando a otros agentes educativos y coordinándola con otros profesionales, con la familia, el voluntariado, los agentes sociales, las empresas o el mundo de la cultura, entre otros», explica Isabel Villoslada, coordinadora del proyecto, «en definitiva, lo que pretendemos es ser un servicio para la sociedad».

El proyecto Crece se desarrolla con alumnos de altas capacidades y alto rendimiento, no solo del centro sino que está abierto a todos los centros de la ciudad. Se divide en dos apartados, Abre tu mente y Abre tu corazón. Dentro del primero, el centro ofrece diversos proyectos adaptados a la edad de cada alumno y uno de ello es el denominado Innova, que engloba a estudiantes de entre 14 y 16 años. Durante el curso 2015/2016, doce alumnos, tutelados por seis profesores, participaron en cinco proyectos distintos a lo largo del año. «Se trata de que los alumnos busquen una conexión con el mundo de la empresa y las entidades sociales en diferentes ámbitos», comenta la coordinadora.

Uno de esos proyectos fue la participación de varios alumnos en la ya conocida Hiperbaric Challenge, donde el objetivo pasa por diseñar, construir y ultimar un prototipo de coche de inercia. «Antes de ponernos con el coche, hicimos un plan de viabilidad y uno de financiación, se nos dieron unas nociones sobre el manejo del programa CAD -3D, de Solid Edge; pero vimos que no nos daba tiempo a construir un coche nuevo y Talleres J. Bocanegra nos cedió uno de los vehículos con los que participaron compañeros de nuestro colegio hace unos años», explicó Alejandro Marcos, uno de los alumnos del equipo junto a Lucas Martínez, Iker González, Luis Miranda, Santiago Winkels, Miguel Hernando y Álvaro Honrado.

El equipo de alumnos trabajó en el coche desde enero y hasta mayo. «Le realizamos varias mejoras», entre ellas lo adaptaron para que cualquier persona con una discapacidad, pudiera manejarlo y pudiera participar en el montaje y en la carrera de Hiperbaric Challenge.

Del mismo modo, propusieron a los encargados de la carrera que «en siguientes ediciones hicieran una evaluación sobre las barreras comunicativas que había en el desafío, tanto a nivel participativo como en la faceta de espectador, y que tratasen de hacer el reto lo más accesible en este sentido», comenta Villoslada. Todo este trabajo los sirvió para llevarse el segundo premio en la categoría de Proyecto social.

Precisamente Alejandro Marcos también participó en otro de los proyectos, esta vez en solitario, en el Cenieh y con la colaboración del investigador Emiliano Bruner. Durante varias sesiones, el alumno aprendió a trabajar con estadística multivariante. «A través de un programa específico y con unos datos que tuve que recopilar sobre varias ciudades, hicimos un estudio con el que llegamos a unas conclusiones», explica «me di cuenta que la estadística es un campo que se utiliza en muy diversos ámbitos».

Otro de los proyectos de Innova fue el que desarrollaron Marta Martínez y Rosalía Gredilla. Las alumnas ‘trabajaron’ con la empresa Trasluz. «Fuimos a Trasluz en varias sesiones y en cada una de ellas acudimos a un departamento de la empresa». Mientras que Marta centró su aprendizaje en la parte más creativa, «la dedicada a la creación de prendas», Rosalía lo hizo en el ámbito de la comunicación, «me centré en el trabajo de prensa y redes sociales», comenta. Ambas acabaron muy contentas con la experiencia, pero conscientes de que «la creación de una empresa propia es sumamente complicado».

En el Estudio de Arquitectura AU, estuvo Aitana Santamaría. Durante varias sesiones «conocí el trabajo que desarrollan y visitamos edificios como el CAB o el archivo, donde busqué información sobre cómo era Burgos antiguamente», comenta y añade que «también me enseñaron uno de sus proyectos y qué trabajo desarrolla un arquitecto».

En el ámbito sanitario, Elsa Dueñas, Águeda Ariznavarreta, Carmen Miranda abordaron su proyecto en el área de neonatología del HUBU. Durante sus sesiones, las alumnas conocieron el funcionamiento de un día en el hospital, desde los ingresos, las exploraciones y valoraciones hasta la cumplimentación de historias clínicas y, además, aprendieron el uso al que se destinan distintos aparatos como incubadoras, monitores, cunas térmicas, etc. «Ha sido una toma de contacto», explica Águeda, «ha sido una experiencia positiva porque es muy gratificante ver a los bebés salir adelante, pero también difícil porque algunos casos son complicados».

Todos han participado también en el apartado de Abre tu corazón, un espacio de encuentro con personas con capacidades diversas que quiere favorecer el desarrollo de todo su potencial, donde expresar libremente sus ideas y sus emociones, y que este año a supuesto la creación de un recetario para sordos con Aransbur.

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