El Correo de Burgos

EDUCACIÓN

Una puerta abierta a la cultura rural

Voluntared y Huerteco, con Fundación La Caixa, han creado el Aula Rural de Santibáñez Zarzaguda / El espacio quiere acercar a los niños el medio natural y rural, de una forma práctica y divertida, mediante talleres y actividades

Un grupo de escolares escucha a una monitora en una de las visitas al Aula Rural.-ECB

Un grupo de escolares escucha a una monitora en una de las visitas al Aula Rural.-ECB

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V. M. / BURGOS
Burgos

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En un momento como el actual, en el que impera la sociedad de la información, con una realidad cada vez más industrializada que evolución hacia una economía de servicios, en la que sólo el 8% de la población vive del sector primario y donde casi toda la población puede conocer cualquier entorno o realidad a través de un dispositivo electrónico, aún surgen pequeños ‘oasis’ en los que, especialmente los más pequeños, pueden conocer la cultura agrícola y natural, la tradición y la forma de vida de nuestros abuelos y hacerlo de una manera dinámica y en primera persona.

Esos espacios son las denominadas aulas rurales, lugares que proporcionan una experiencia de contacto directo con el medio natural y rural, interactuando con el entorno de manera práctica y que suponen, además, conocer las técnicas más respetuosas con nuestra salud alimentaria y el medio ambiente, sirviendo a la vez para acercarse al entorno más cercano y tradicional, a sus oficios, su fauna y su flora.

En este sentido y con el objetivo de ser una puerta abierta a los antiguos oficios, al patrimonio histórico, la cultural rural y a los actuales huertos ecológicos con tantas características comunes con los huertos de nuestros antepasados, nace el Aula Rural de Santibáñez Zarzaguda, creado por Voluntared Escuela Diocesana, con la colaboración de la asociación Huerteco y el apoyo económico de Fundación La Caixa. Esta iniciativa, que empezó siendo una experiencia piloto desarrollada a lo largo de los meses de mayo y junio, «ha permitido también dar utilidad a un albergue del que disponía la asociación», tal y como explica Juan José Ángel, presidente de Voluntared.

‘Semilla del cambio fruto del trabajo’, que es como se denomina este proyecto se centra en los escolares y en «acercarles el mundo rural y todo lo que le rodea», según explica Raquel Revilla, coordinadora del proyecto. Para ello, el equipo cuenta con unas instalaciones compuestas por un huerto ecológico con un invernadero de 200 metros cuadrados y a la espera de uno más, frutales, plantas medicinales y aromáticas, una zona de compostaje, un corral con gallinas, gallos y ocas, entre otros, así como otros animales y el antiguo molino del pueblo que fue restaurado, y donde los escolares aprenden a hacer pan. «Sin duda lo que más les gusta es entrar en contacto con los animales, cuidarles y darles de comer», comenta Revilla.

El proyecto se dirige a niños de Infantil y Primaria de Burgos capital y provincia y de ciudades de alrededor y es que «el resultado de la experiencia piloto ha sido muy bueno y queremos que llegue al mayor número de niños posible», comenta Ángel, mientras que Rodrigo Santillán, monitor del aula añade que «aunque al principio teníamos miedo de incluir a los más pequeños, al final adaptamos las actividades a ellos y a sus necesidades y salieron experiencias muy buenas».

Así las cosas, las visitas al Aula Rural están pensadas en dos formatos, de una jornada completa o de media jornada, aunque «estamos barajando hacer una propuesta de aula de naturaleza, que tendría una duración de 4 ó 5 días, y que podría ser una muy manera de acabar el curso escolar», comenta el presidente de Voluntared, y añade que «otro de los objetivos pasa por abrirla al público general los fines de semana».

Una experiencia práctica

El día en el aula empieza «con una presentación para que los niños vayan perdiendo el miedo» y con «el objetivo de sembrar una semilla en la conciencia de los más pequeños», comenta Santillán. Para ello, a lo largo de la jornada se organizan diversos talleres, como es el taller de pan, aprovechando la presencia de un molino de grano rehabilitado para su interpretación en la localidad y la cercanía de una panadería rural; el taller del huerto, que se organiza aprovechando las plantaciones de aromáticas y medicinales con las que cuenta el huerto para que conozcan sus usos y propiedades; el taller de animales, a través del cual pueden ver tanto animales de la granja como aves silvestres y el taller de juegos tradicionales, pensado para después de la comida, con un objetivo educativo y divulgativo de algunos juegos populares casi desaparecidos.

Además, los escolares también contarán con un taller de relajación y yoga para la etapa de Educación Infantil, en el que se trabaja la relajación mediante una historia y el uso de esencias aromáticas y sonidos ambientales;y un taller de adobes para la etapa de Educación Primaria, que pretende recuperar un uso tradicional y con mucha historia.

Para terminar el día, «los monitores desarrollamos una evaluación del día y de las actividades con ellos y con los profesores», comenta Santillán, «esta evaluación nos sirve para ir mejorando los aspectos que gustan menos, y reforzando lo que gusta más, para hacer aún más atractivo el proyecto». Con los profesores «se hace un cuestionario un poco más complejo, en el que se podrán puntuar una serie de ítems del 0 al 5, con la posibilidad añadida de escribir observaciones». Hasta el momento «tanto niños como profesores salen muy contentos de esta experiencia porque se trata de una jornada tremendamente práctica, no sólo se dan explicaciones sino que los niños pueden tocar, mancharse las manos, hacer las cosas por ellos mismos», asevera Santillán.

El presidente de Voluntared no olvida que en «gran medida esta iniciativa funciona gracias al propio pueblo de Santibáñez Zarzaguda» y es que «hemos tenido una buenísima acogida por parte de los vecinos, ellos nos han cedido el molino rehabilitado para las actividades, nos prestan maquinaria para el mantenimiento del huerto e incluso la panadería pone su tiempo para enseñarles a hacer pan». Lo más complejo ahora es buscar financiación de cara a un futuro próximo para el mantenimiento de las instalaciones y de los puestos de trabajo. «Nuestra intención es lograr que sea un proyecto autogestionable», asevera.

Mentes abiertas

Por la experiencia piloto, que transcurrió de mayo a junio, pasaron «483 niños de 7 colegios distintos en 9 visitas» y en julio «nos visitaron Aspanias y Cruz Roja con los campamentos urbano», explica Revilla. Más de 500 niños que «han podido entrar en contacto con la conciencia medioambiental», comenta Juanjo. El trabajo con niños «siempre es satisfactorio», asegura Santillán, «son como esponjas, todo lo que les explicas se les queda grabado» y «además, muchos no han tenido nunca contacto con el medio natural y todo les resulta nuevo y les encanta lo que ven».

Con el objetivo de que los burgaleses conozcan este proyecto, el Aula Rural acudirá a la Feria de Participación Ciudadana, el próximo 17 de septiembre. Además para recibir cualquier tipo de información sobre la iniciativa, la asociación dispone del email info@voluntared.org, así como por teléfono o en las redes sociales del propio aula, @AulaRural en Twitter y Aula Rural Santibáñez Zarzaguda en Facebook.

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