Un espectáculo de la naturaleza

 BURGOS

A 66 kilómetros hacia el noroeste de la capital burgalesa se encuentra uno de los enclaves paisajísticos más atractivos de toda la provincia de Burgos. Se trata de Orbaneja del Castillo, situada en un recodo del cañón del Ebro, protegida por un gigantesco y serpenteante foso de 200 metros que ha excavado el río Ebro en los páramos calizos del norte burgalés.

Aunque actualmente no supera el medio centenar de habitantes, en esta localidad de origen medieval convivieron durante siglos mozárabes, cristianos y judíos, siendo prueba de esto el nombre de varias de sus calles. Según la tradición, los caballeros templarios levantaron aquí el hospital y convento de San Albín para dar cobijo a los peregrinos del Camino de Santiago que hacían la ruta alternativa a la francesa.

Este pintoresco pueblo se caracteriza por la combinación de la vista de espectaculares parajes naturales con el peculiar aspecto de sus construcciones en mampostería caliza y toba. Sus edificaciones, de traza montañesa y apiñadas en una serie de terrazas estrechas de piedra de toba en la margen izquierda del angosto Cañón del Ebro, forman uno de los conjuntos de arquitectura popular mejor conservados y con mayor encanto de la comunidad. Echándole un vistazo a las alturas, en la cima de la parte interior del recodo del río Ebro, se puede divisar una amplia explanada donde estaba situado el castillo, haciendo honor al topónimo del pueblo y de cuya muralla aún se puede distinguir alguna ruina.

Orbaneja del Castillo se encuentra en el punto de unión de los ríos Rudrón y Ebro, dando lugar a uno de los más bellos desfiladeros del famoso Cañón del Ebro. Ejemplo de la majestuosidad del terreno que rodea Orbaneja fue su declaración como conjunto histórico-artístico en 1993, lo que lo convierte en uno de los pueblos más demandados en cuanto a turismo de la provincia.

La Cueva del Agua es el atractivo indiscutible de esta villa. Situada en el corazón del pueblo y visitable en verano y fines de semana, forma parte de uno de los complejos kársticos más importantes de la provincia de Burgos. Esta caverna se abre en el cantil rocoso que preside el pueblo, siendo origen del aparatoso y fotogénico nacimiento del torrente de carácter permanente que surge de ella y que atraviesa todo el pueblo dividiéndolo en dos partes -Villa y Puebla-, para precipitarse formando una hipnotizante y espectacular cascada de 25 metros antes de depositar sus aguas en el río Ebro. La cascada es la fotografía más deseada por los turistas y fue seleccionada, junto a otros 16 lugares de toda la geografía española, como uno de los lugares candidatos a ‘Mejor Ricón 2014’, concurso digital llevado a cabo por la Guía Repsol.