Unas paredes que transpiran matemáticas

Con tan sólo 17 años, Arturo Alonso Pérez se muestra como un joven con un gran futuro, y es que ha sido seleccionado como uno de los mejores trabajos matemáticos en el certamen que organiza el Instituto Nacional de la Juventud (Injuve) el cual tendrá lugar durante la última semana de septiembre en la ciudad de Molilla (Málaga). «Yo nunca he ido, pero tengo unas ganas increíbles tan sólo por como Constantino me habla de él», exponía este joven matemático. Allí, se encontrarán a científicos del Csic, los cuales les harán las preguntas que ellos estimen oportunas para que los alumnos sepan resolvérselas. De este modo, todos los presentados podrán defender sus proyectos basados en una estructura con metodología, investigación, hipótesis, conclusiones y resultados.

Todos los alumnos que se han presentado procedentes del instituto López de Mendoza contaron un tutor durante los dos años que cursaron el Bachillerato Internacional. Se trata de una propuesta que permite dar respuesta a aquellos alumnos que han mostrado una actitud positiva durante el estudio y una gran dedicación al aprendizaje. Completa la información del alumno con otro tipo de experiencias como trabajos orientados hacia las líneas de los grados de Bolonia y la metodología utilizada está más enfocada hacia la investigación. «El bachillerato internacional te empuja a pensar por ti mismo y a ser crítico contigo mismo y es muy importante que se promueva eso», declara Arturo Alonso. Además, este tiene una gran acogida en países extranjeros, ya que los alumnos que tienen este título pueden acceder a cualquier universidad extranjera sin necesidad de realizar ninguna prueba.

Por otro lado, destacan cómo el instituto ha llevado a más alumnos a este certamen en distintos años en otras ramas como la lengua o la biología. Además, este centro ha recibido por parte del Injuve varios diplomas como reconocimiento por su labor en el fomento de investigación en los jóvenes, lo que resulta también estimulante para los profesores.

A este joven burgalés, el premio le ha sido concedido tras presentar en el mes de febrero su monografía, recogiendo una labor de investigación de alto nivel en el campo de las matemáticas. En el caso de Arturo, su orientador ha sido Constantino de la Fuente Martínez. Ha sido su profesor durante muchos años y él mismo ha sido quien le ha animado a realizar su investigación sobre la teselación que se encuentra en los laterales del Museo de la Evolución. No es la primera vez que un alumno que dirige Constantino es seleccionado, por lo que Arturo se considera muy afortunado. Su profesor destaca el privilegio de trabajar con estos alumnos los cuales poseen unas capacidades y unas aptitudes impresionantes.

Con este trabajo, lo que han conseguido demostrar es si esa teselación de piezas ubicada en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, correspondía con una teselación de Voronoi, y de este modo asignar un área de influencia. Arturo, además, cuadraba todo esto con el resto de asignaturas obligatorias como historia, química o teoría de conocimiento con sus respectivos exámenes y trabajos. Para ello, este joven ha tenido que realizar grandes sacrificios a nivel personal, ya que como él mismo dice, se ha pasado vacaciones de Navidad o Semana Santa trabajando para conseguirlo y sacarlo adelante. De este modo, esa disciplina y perseverancia ha sido la que la logrado que Arturo esté donde esté, con un futuro prometedor y unas grandes expectativas.

«Ha sido muy duro. Es lo que más trabajo requiere pero también lo que más te identifica a lo largo de Bachillerato Internacional», señala Arturo.

Sin embargo, existieron momentos de bloqueo ya que había decidido coger los datos brutos y trabajar con ellos directamente. Al ver que eso no funcionaba, el propio alumno, inventó una forma genérica para descubrir si efectivamente, se correspondía con una teselación de Voronoi. «Es ahí donde se encuentra la originalidad del trabajo y el observar cómo el mismo ha sido capaz de crear la solución, no solo aplicable a su problema sino a muchas cosas más», remarca su profesor De La Fuente.

Este joven genio realizó su trabajo durante el último curso de bachillerato, aunque es cierto que Arturo comenzó previamente en ese mismo verano, lo que le supuso una ventaja para sí mismo. «Lo único que quería es que se valorase mi trabajo y por ello me he presentado ya a diversos concursos, lo único que en esta ocasión he tenido más suerte. Es un trabajo muy bonito, pero muy costoso», apunta Alonso.

Este joven presenta planes de futuro, ya que en el mes de septiembre se traslada a Madrid a comenzar su carrera universitaria. Allí estudiará Ingeniería matemática durante cuatro años. Arturo comenta que más que nervios siente expectación. También refleja sus ganas de viajar al extranjero y así poder conocer cómo se tratan las matemáticas y otras asignaturas además de conocer a gente nueva, y de este modo, adquirir una mayor soltura y experiencia.

Arturo se ha presentado durante varios años a otros concursos como Estalmat (estimulación del talento matemático). Él mismo ha reconocido que fue en este punto donde su pasión por las matemáticas emergió, ya que observó cómo estas se podían aplicar a la lógica y que de este modo, para él las matemáticas se convertirían en algo más que una asignatura.

Arturo se muestra animado a seguir participando en concursos relacionados con las matemáticas siempre que el tiempo se lo permita, ya que sabemos que la ilusión y las ganas estarán siempre presentes.