La ronda noroeste afronta el tramo final de la BU-30

Los últimos días de octubre pueden convertirse en las fechas definitivas para ver culminado uno de los proyectos más ambiciosos, y a la vez más esperados de la ultima década, el cierre definitivo de la circunvalación de Burgos (BU-30). Una infraestructura viaria que está dando sus últimos pasos para convertirse en una realidad a finales de octubre.

Ese el plazo de finalización del contrato de las obras del tramo que queda para cerrar el anillo de circunvalación, el que conecta Quintanadueñas conVillalbilla en la ronda noroeste. Según la información facilitada por el Ministerio de Fomento, en la actualidad los trabajos siguen su curso con los plazos establecidos, después de que se descartara la última fecha apertura adelantada el pasado año por la ex ministra de Fomento y actual presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor.

En una visita realizada en julio del pasado año, anunciaba en Burgos el cierre del anillo de circunvalación para junio de este año.La mala climatología, según la explicación que en su momento ofreció el Ministerio para justificar el incumplimiento del plazo fijado por Pastor, impidió cumplir con la fecha establecida.

Las lluvias, especialmente, impidieron que la maquinaria pesada pudiera desarrollar su trabajo con normalidad, por lo que no se pudo trabajar en la explanación de la calzada del tramo que resta por asfaltar. A lo largo de los meses de julio y agosto y durante el mes de septiembre se ha estado trabajando en completar alguna de las infraestructuras que quedan pendientes, como el viaducto que pasa por encima del río Arlanzón. De hecho, a comienzos de verano Fomento ya señalaba que las estructuras estaban «prácticamente acabadas», salvo una en el entorno de Villalbilla y una parte sólo de otra infraestructura que discurre sobre la línea del ferrocarril.

El tramo que está ya en la recta final se extiende por 9 kilómetros y que cuenta con un presupuesto de 74,8 millones de euros. El tramo, que conecta con la autovía A-231 /Burgos-León) y la unión con Quintanadueñas, cuenta con dos enlaces, así como diez viaductos -destaca el que pasa por encima del río Arlanzón, de 800 metros-, así como 16 pasos inferiores y superiores.

Último tramo

El último tramo que se ha puesto en funcionamiento -en julio del pasado año- es el que une Quintanadueñas y Burgos, con una inversión de 81 millones de euros. Un tramo de 5,8 kilómetros, por que transitan una media de 8.800 vehículos al día. La importancia de este trazado abierto en la BU-30 radica en que es una vía de comunicación directa entre los dos polígonos de Gamonal y Villalonquéjar. La importancia de este tramo también se centra en que la apertura de los dos túneles de Fuentebuena, con la puesta en servicio del segundo y tras años con solo un túnel en funcionamiento, permite una mayor capacidad de absorción del tráfico en un tramo de la circunvalación que también incluye la conexión con la autovía A-73, también sin terminar.