El Correo de Burgos

La Espuela / Sara Barriuso, presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios y alcaldesa de Cilleruelo de Arriba

«¿Pueblerina o yupi? Yo soy más de pueblo que las amapolas»

Pasó su infancia y adolescencia entre la ciudad y el pueblo. Se fue a estudiar Publicidad y Relaciones Públicas a Madrid y antes de tener el título ya había conocido a las amigas de su vida. Volvió a casa para montar sus propias empresas y se conoce hasta el último bache de la A-1. Lleva ocho meses en el trono de AJE y afronta su segunda legislatura en el Ayuntamiento de su localidad. Su tubo de escape es escribir sobre la vida... y hablar.

Sara Barriuso.-Israel L. Murillo

Sara Barriuso.-Israel L. Murillo

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A.S.R.
Burgos

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Pregunta- ¿Pesa más la vara de mando de Cilleruelo de Arriba o la de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE)?

Respuesta- Las dos porque en ambas situaciones la gente ha confiado en mí y porque gestionas patrimonio que no es tuyo y la responsabilidad es doble. Sí es cierto que en AJE pesa un poquito más porque llevo encima el buen trabajo de los anteriores presidentes.P.- ¿Qué pinta AJE en FAE?

R.- Mucho. Nosotros somos la cantera. Somos jóvenes empresarios, el caldo de cultivo que llegará algún día a FAE. Para nada hay que verse como enemigos sino como un padre y un hijo.P.- ¿Qué clase de márketing necesitan los pueblos burgaleses para ganar la batalla a la despoblación?

R.- Lo primero que necesitan es una línea estratégica conjunta. La despoblación nos ataca a todos y en los pueblos estamos muy fastidiados. Necesitamos implantar industria, tenemos el sector primario, agricultura y ganadería, pero hay que transformar esa materia prima y hoy, con todos los adelantos que hay, se puede montar una empresa en cualquier parte.P.- ¿Pueblerina o yupi?

R.- Yo, pueblerina. Yo soy más de pueblo que la amapolas.P.- ¿Es más duro de roer un agricultor o un ejecutivo de Bruselas?

R.- ¡Ostras! Un agricultor porque cuando se ponen tozudos... (se ríe). Lo que pasa que enseguida te lo ganas en el bar del pueblo con un vino, pero el ejecutivo de Bruselas... es más estiradito.P.- ¿Los empresarios han cambiado el puro y la chistera por los tacones y el tabaco de liar?

R.- No me gustan las etiquetas ni los estigmas. Lo del puro y la chistera es despreciar un trabajo de gente que apuesta por su economía. Ahora mismo no puedes encasillar a un empresario. Es como decir que los jardineros son de pala y buzo. Pues sí y no.P.- ¿Cuál es su sueño americano?

R.- (Se ríe). Mi sueño americano es hacer historia. Todo lo que hago en la vida es pensando en ser inmortal y la única forma de conseguirlo es dejar tu huella. Puede ser haciendo cosas muy grandes, legar una empresa a generaciones futuras, o en el día a día tocando los corazones de los demás.P.- ¿Y qué quiere que digan de Sara Barriuso dentro de cien años?

R.- Que he aportado algo, que he pasado por el mundo con un sentido, aunque todavía no tenga claro cuál.P.- ¿A Dios pone por testigo de que conseguirá qué?

R.- Todo lo que me proponga.P.- ¿Quién le toca mejor el violín?

R.- Ahhhh... David Garrett (se ríe). ¡Sí, ese también es mi sueño americano!P.- ¿Qué artista necesita una buena relaciones públicas?

R.- Los artistas no se creen que son empresarios. Todos necesitan un buen relaciones públicas porque todo el mundo necesitamos que nos vendan. Hay un libro de Luis Bassat, Inteligencia comercial, que te dice que la diferencia entre Van Gogh y Picasso era que este tenía inteligencia comercial y vivió bien de sus obras y aquel no supo.P.- Por qué vendería su alma al diablo...

R.- Por nada. Tengo un pepito grillo muy grande y no puedo hacer nada contrario a mi conciencia. Yo tengo que dormir por las noches y mi alma es mía. Eso sí es ley de vida: ser fiel a uno mismo.P.- ¿Qué le quita el sueño?

R.- Mi cabeza loca, que no desconecta. Nuevos proyectos, problemas del día a día de la gestión de las empresas, ver cómo mejorar el pueblo y la asociación, qué paso voy a dar más en el negocio...P.- ¿Qué la vuelve más loca que una buena venta?

R.- Unos zapatos (ríe). La venta es adrenalina, es pasión, pero encontrar unos buenos zapatos y bonitos a buen precio, también.P.- ¿Son los gintónic sus espinacas?

R.- ¡Totalmente! No por el alcohol, sino porque me gusta mucho hablar y compartir un rato con mis amigos. Siempre digo que si hubiera nacido en otra época habría sido filósofa o en esta si se ganara uno bien la vida siéndolo.P.- Si encuentra al hacker que se la jugó esta semana...

R.- Lo estrangulo. Le cuelgo de lo más alto de la Catedral. Ha sido horrible, sobre todo porque no encuentro el porqué.P.- ¿Cuál es la revolución de los hijos de la crisis?

R.- Que somos gente preparada, con valores, y que hemos nacido en un entorno tan hostil que vamos a llegar a ser sabios jóvenes. Hemos montado algo de la nada, con muchos palos y caídas, por lo que si esto mejora, si llegan los brotes verdes que decían, vamos a ser realmente genios y, además, estamos comprometidos.P.- ¿Los emprendedores están sobrevalorados?

R.- Ha habido una burbuja. Parecía que la solución a la crisis era montar una empresa. Es como si de repente hubiera una epidemia y todos nos tendríamos que volver médicos. Suena muy bonito ser emprendedor y si te gusta lo es, pero con cabeza. Y, además, la palabra se ha utilizado para quitar el estigma de empresario de puro y chistera y realmente somos empresarios, no pasa nada por decirlo y los primeros que tenemos que normalizarlo somos nosotros.P.- Sacaría la calculadora para comprar una obra de arte de...

R.- ¡De tanta gente! Me encantaría tener un Picasso. No soy de gustos baratos. Y también haría cálculos para llevar a mi madre al concierto de fin de año a Viena.P.- ¿Cuál es el encanto de la imperfección?

R.- Lo imperfecto es bello. La belleza de la vida es su imperfección.P.- ¿Con qué mozo se ha bailado la señora alcaldesa su mejor pasodoble?

R.- Con mi amigo Rubén de toda la vida. Hace dos semanas estuvimos en una boda en Castellón y, por supuesto, el primero fue nuestro.P.- ¿Alguno fetiche?

R.- ¡Lo bailamos todo! Aunque sí es fetiche la canción Como una ola, de Rocío Jurado. Si suena, da lo mismo dónde que nos subimos a las sillas, al altavoz...P.- Doña Sara Barriuso es en el pueblo la hija de...

R.- Serafín, aunque, casualmente, del pueblo es mi madre, pero mi padre es el relaciones públicas, el que pasa más horas en la taberna y el más conocido. También soy la bisnieta del carretero o la de Marcelino y Martina.P.- ¿Tenemos apodo?

R.- Que yo sepa, no.P.- ¿Qué parte de su arranque debe a Cirilo, ese abuelo que se fue a vender carros a París a primeros del siglo XX?

R.- Todo. Yo no vengo de familia empresaria, mis padres y mis abuelos son asalariados, pero sí es cierto que mi abuela Martina, hija de Cirilo, siempre ha ido un paso por delante. Siempre dijo que si hubiera vivido en otra época habría montado algo.P.- ¿Por dónde pisa con garbo?

R.- Por todas partes. Enseguida se me oye que vengo. Mi abuela Martina siempre me dijo que siempre fuera bien vestida, que la primera impresión es la que cuenta, y entrara con fuerza a los sitios, aunque esté cagada de miedo.P.- ¿Qué la achanta?

R.- Muchas cosas, pero me pruebo día a día. Yo de pequeña subía al ascensor y me escondía debajo de las faldas de mi madre, me daba vergüenza la gente, y hoy puedo dar discursos. Soy cobarde, pero me reto. Si un día me caigo, al día siguiente me levanto.P.- Su mayor acto de valentía fue...

R.- Hace dos años, pesaba 27 kilos más, venía de ver a muchísimos médicos, soy celíaca pero no me lo diagnosticaron hasta hace cinco años. Cambió mi físico y también mi vida. Ese acto de valentía me ayudó a conocerme a mí misma.P.- ¿La lleva Carlos en su bicicleta?

R.- Soy más de llevar yo. Este año he estado muy cerca del ciclismo, en la Vuelta a Burgos, y me ha apasionado. Lo veía mi abuelo y a mí me servía para echarme la siesta y ahora me he súper aficionado. Es un deporte desconocido porque no tiene un buen comercial, no se sabe vender bien, se ve individual y he visto valores de equipo mayores que los de deportes que se consideran tales.P.- A usted solo la calla...

R.- El hambre (el reloj marcaba las tres de la tarde).

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