Filtraciones de agua en piezas mal selladas, las heridas de la fuente

Durante los próximos días comenzará la primera fase de intervención sobre la Fuente de Santa María. El Ayuntamiento ya ha firmado un acuerdo con un restaurador que realizará en los próximos días la retirada de las piezas más dañadas. También se llevará a cabo el sellado de grietas y fisuras con mortero de sacrificio para que la instalación pueda sobrellevar el invierno evitando un agravamiento de su deterioro. El plazo de ejecución será de 90 días y 3.000 euros de presupuesto. El informe de la dirección provincial de Patrimonio deja para una segunda fase un plan de recuperación que requiere sea «un proyecto de intervención que defina el tratamiento y criterios que rijan su consolidación y restauración y que deberá redactar un técnico con competencia profesional en la materia».

Una afirmación que no es baladí. Muchos de los problemas que a día de hoy sufre este bien, ubicado en la zona de amortiguamiento de la Catedral, y que data de 1663, se deben a una mala intervención realizada por Construcciones Hernando entre el año 1996 y el año 1999, tal y como ya adelantó este periódico en abril del año 2015. De hecho el dictamen de la comisión, realizada en fechas similares, dictamina que fue una intervención «muy desafortunada y contraria a los criterios de intervención previstos». Asegura que se «modificó sustancialmente sus valores estéticos, se eliminaron elementos figurados originales, que sólo precisaban un tratamiento de conservación correcto, como las cabezas de los animales marinos y el vaso, que sometido a una intervención adecuada, podría haber continuado cumpliendo su función, integrado en el conjunto arquitectónico de la fuente».

De aquella desafortunada intervención llegan ahora estos males. Poco queda en la fuente, según figura en el cuadro adjunto, del original. De hecho los brazos y cabeza que se han desprendido son integraciones en piedra de Hontoria selladas con adhesivo termoestable, poliéster, que no unió de forma definitiva las juntas dejando grietas por donde se ha ido colando el agua en el conjunto escultórico. Prueba de ello, refleja el informe, es la contaminación de algas que presenta la cabeza del querubín que se cayó el pasado verano. Además, según se relata en el informe, la ubicación de la fuente es errónea ya que no se mantuvo su orientación virándola al sentido contrario a las agujas del reloj.

El deterioro de los dragones y ángeles se han producido en los últimos seis años de forma muy acelerada. El grupo ubicado frente a la balaustrada de la calle Fernán González, zona norte, sufrió su primera grieta en el rostro en 2011. Parte del brazo y el pie se desprendieron en 2012 y desde enero de 2014 ya no tiene ni brazo izquierdo ni pie. El resto de figuras no se queda atrás en su degradación. En el grupo que mira hacia a la puerta de Santa María de la Catedral se ha desprendido el morro por donde el dragón escupe agua. Se ha desmoronado entre 2010 y 2012. Desde enero de 2014 está agrietado todo el conjunto y el animal ha perdido completamente la cara. Las otras dos piezas están en mejor estado. La situada frente a las escaleras de acceso a la plaza del Rey San Fernando se ha desprendido una parte del pie y su agrietación inicial data de 2010. El grupo escultórico situado a su izquierda tiene todo el rostro de la imagen del niño erosionada en un proceso que ya era incipiente en 2010 y que hoy se ha agudizado hasta tal punto que el pasado verano se desprendió la integración de 1996. Intervención que tuvo un presupuesto global de 10,9 millones de pesetas.