El Correo de Burgos

LAURA PÉREZ / PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN PARA DEFENSA DE LA MUJER LA RUEDA

«Si los hombres no se identifican con el feminismo, nunca tendremos igualdad»

Licenciada en Pedagogía y maestra, llegó a la asociación en el año 2008 para desarrollar, como trabajadora, un programa con mujeres inmigrantes

Laura Pérez-ISRAEL L. MURILLO

Laura Pérez-ISRAEL L. MURILLO

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V. M. / BURGOS
Burgos

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Laura Pérez (Burgos, 1982) ejemplifica el relevo generacional del movimiento feminista en la capital burgalesa. Llegó a la Asociación para la Defensa de la Mujer La Rueda para desarrollar su trabajo con mujeres inmigrantes, pero acabó quedándose como una socia más. Desde 2012 ocupa la presidencia de la organización, dando el relevo a la incansable Nati Cabello. Licenciada en Pedagogía y maestra, ha sido madre recientemente. Una condición que le ha permitido experimentar de ‘primera mano’ «las dificultades a las que, una mujer que decide ser madre, se tiene que enfrentar en el mundo laboral».

Pregunta.- La asociación acaba de cumplir 30 años de historia. ¿Qué ha sido lo más complicado en todos estos años?

Respuesta.- Ha habido muchos momentos, algunos por edad no los he vivido, pero sí los he conocido. La Rueda es un colectivo reivindicativo, que ha tratado de no casarse nunca con partidos políticos. Es una decisión complicada porque dependes del ánimo y las ganas del gobernante. Que yo haya vivido, creo que el peor momento llegó hace un par de años, cuando estuvimos apunto de desaparecer por los recortes. Desde 1986 estábamos en un local cedido por la Junta de Castilla y León, pero en 2010 decidieron rescindir los contratos de alquiler de espacios que no estaban ocupados por dependencias de la Junta. Seguimos contando con una subvención para nuestro centro de día, pero en 2012 también desapreció y tuvimos que hacer frente a un alquiler, en plena crisis y sin ninguna ayuda, hasta que el Ayuntamiento de Burgos nos cedió el espacio en el que ahora estamos, en la Casa de la Mujer.

P.- ¿Y las mayores satisfacciones?

R.- Creo que las sentimos día a día, viendo que hay gente que se quiere involucrar y es que en estos últimos años estamos viendo que contamos con relevo generacional. Otro de los momentos más satisfactorios fue ganar el concurso público de la gestión de la Casa de Acogida para mujeres víctimas de violencia de género. Creemos que el hecho de que esté gestionada por una entidad social con perspectiva de género y especialista en el tema ha sido de justicia.

P.- ¿Cómo ha cambiado a largo de estas últimas décadas?

R.- Si esta pregunta me la haces hace tres años te hubiera dicho que han cambiado las ganas, porque hace casi cuarenta años veníamos de una dictadura en la que las mujeres eran invisibles y estaban incapacitadas, y hubo grandes luchas y conquistas. Esas ganas y esa lucha flaquearon durante unos años, nos habíamos acomodado, pero afortunadamente en los últimos tres años, hemos visto que sí hay ganas de cambiar las cosas y que no estamos inmóviles.

P.- A pesar de que a lo largo de las últimas décadas ha habido cientos de mujeres trabajando por el feminismo, aún hoy en día mucha gente desconoce en qué consiste.

R.- Sí, aún se sigue oyendo eso de ‘machismo es igual que feminismo’. Hay que recordar que el feminismo es una corriente teórica y filosófica que aboga por la igualdad de oportunidades y el acceso en igualdad de hombres y mujeres a los diferentes escenarios. La contraposición al machismo es el hembrismo, no el feminismo. Los hombres y mujeres feministas no pedimos que se anteponga la mujer al hombre, sino que tanto unos como otros estén en las mismas condiciones de igualdad.

P.- A pesar de ello, sigue siendo uno de los movimientos más denostados por una gran parte de la sociedad.

R.- Sí, pero creo que no es algo generalizado. Estamos viendo que a nivel internacional hay figuras muy mediáticas- actrices, políticas, etc- haciendo discursos feministas en grandes foros y en España, por ejemplo, los movimientos sociales más jóvenes, como el 15-M, también han visibilizado y ‘puesto de moda’ el feminismo. En la sociedad en general estamos viendo un resurgimiento de las ideas de control, las relaciones desiguales, muchas acciones que disfrazadas de progresismo y modernidad nos devuelven al pensamiento desigualdad.

P.- Póngame un ejemplo.

R.- Por ejemplo la maternidad y la lactancia a demanda. Volvemos a oír la frase de ‘los hijos con quien mejor están es con su madre’ y, por ende, el padre desaparece del escenario. Nadie dice que la lactancia a demanda no sea buena, pero también es cierto que a las mujeres nos supone dejar nuestra vida de lado, volvemos a la idea de que el único objetivo de las mujeres es ser madre y no es así.

P.- A pesar de los avances, a diario nos encontramos con los denominados micromachismos. ¿Herencia aprendida o machismo velado?

R.- Hay dos fenómenos, lo que lo expertos como Miguel Lorente han denominado el posmachismo, esas ideas vestidas de progresismo y libertades que nos hacen retroceder a ideas patriarcales y por otra lado, los llamados micromachismos, bromas, frases hechas, que están tan interiorizadas que no reparamos en que realmente tienen importancia.

P.- En este sentido, uno de los principales caballos de batalla de las asociaciones feministas está sido conseguir la igualdad en el ámbito laboral.

R.- Sin lugar a dudas, la sociedad cree que ya no hay desigualad en el ámbito laboral, pero no es así. Precisamente al ser madre, te encuentras con unas dificultades e inconvenientes en este ámbito horribles y que no te esperas. Sólo por el hecho de ser madre, en muchas ocasiones, a nivel laboral no parece del todo bien. A las mujeres se nos exige un 200% en nuestro puesto, como tenemos que demostrar más que nuestros compañeros varones, lo hacemos, y cuando somos madres parece que ese 200% no lo vamos a poder dar y se nos ponen múltiples pegas.

P.- Durante la historia del movimiento el feminismo ha sido ‘cosa de mujeres’ y la sociedad olvida que el hombre debe tener un papel clave.

R.- Absolutamente, la igualdad es una cuestión de hombres y mujeres y la realidad es que, o los hombres se implican y se identifican con el feminismo o difícilmente vamos a conseguir la ansiada igauldad. A veces es una cuestión de que reflexionen sobre lo que la sociedad les está imponiendo y lo que se pierden. Por ejemplo en el caso de la paternidad, aún hoy les ‘miran raro’ porque se acojan a la baja de maternidad compartida. Ellos también tienen derecho a ver crecer a sus hijos y a desarrollar un vínculos afectivo con ellos.

P.- ¿Por qué les cuesta tanto identificarse con el movimiento feminista y participar en él?

R.- Por la presión social en muchos casos, hay hombres que tiene cierta sensibilidad y han reflexionado en ese sentido, pero también hay muchos que no lo han hecho, que tienen miedo al ridículo, a que les critiquen o se rían de ellos. La triste realidad es que, hoy en día, a las mujeres que decimos que somos feministas nos siguen mirando mal, pero está ‘mejor visto’ que el hecho de que un hombre diga que es feminista. En el caso de Burgos, llevamos años intentando que salga un grupo de hombres para que se encarguen de la ‘Rueda de Hombres’, que organizamos el 25 de noviembre contra la violencia de género y, de momento, ha sido imposible y lo impulsamos nosotras. Cada año, a los hombres que participaban les gusta, pero no acaban de generar un grupo, a ver si este año conseguimos que den el paso.

P.- Y las administraciones, ¿qué deben hacer para que logremos la plena igualdad?

R.- Lo primero, deben tomárselo enserio. Parece que la normativa en materia de igualdad es de papel y foto, pero luego no se materializa, y, por supuesto, es fundamental la educación en igualdad desde edades bien tempranas.

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