«Preferimos un cierre digno que vender el legado de mi padre»

La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente mantiene una mínima actividad pero pendiente del juzgado. Han presentado una demanda para entrar en un proceso concursal y están a la espera de que sea oficialmente amparada por el juez y se nombre administrador para intentar negociar con los acreedores. En este caso con el acreedor casi único que es el Ministerio de Industria, Hacienda en su nombre, con quien la Fundación suscribió, dentro del Programa Avanza 2, un proyecto tecnológico que implicaba el pago de una subvención y adquirir un préstamo. Éste supone a la entidad el pago de 180.000 euros al año durante diez dado que la entidad acudió a tres convocatorias de este proyecto para lanzar Mitierramaps.com.

A esto se une que la fundación, creada en 2004, aún está pendiente del cobro de 500.000 euros de proyectos ya ejecutados y justificados de iniciativas desarrolladas con Imelsa, entidad salpicada por los escándalos de corrupción en la Comunidad Valenciana, y pagos pendientes de la Unión Europea, tal y como recogía ayer Elconfidencial.com. Estos pagos se han retrasado más de un año.

«Para mí es una noticia triste, lo vivo como un fracaso personal, pero aunque podíamos haber recurrido a entidades privadas que nos ayudaran a salir de la situación, mi familia y yo pensamos que el legado de mi padre es algo institucional y casi preferimos un cierre digno que vender el legado de mi padre al mejor postor, pensamos que lo mejor es que quede intacto» reconoce la directora de la Fundación Odile Rodríguez de la Fuente.

Afirma que el préstamo con el Ministerio es «una espada de Damocles y la razón principal de esta situación, porque los desajustes de tesorería por retrasos en los pagos los hemos tenido antes pero lo vas solventando y esas cantidades siempre se pagan, pero el préstamo requiere una devolución a la que no podemos hacer frente». Reconoce que es una inversión que en su momento se vio viable tanto por las administraciones públicas, como por los profesionales pero que hoy no lo es porque «se han unido un sinfín de factores». Entre ellos que es una ONG y «no generamos beneficios», que el sector de la conservación ha sufrido muchísimo con la crisis económica donde con suerte se sobrevive con alguna subvención o ayudas pero «generar pagos por el valor de 180.000 euros es inviable». A esto se añade el impago de Imelsa, entidad enfrascada en un proceso judicial por la trama de corrupción valenciana protagonizada por Alfonso Rus y Marcos Benavent, conocido como el yonki del dinero. La relación de la Fundación con la entidad valenciana, que ha superado todas las auditorías, se refería al proyecto ‘Árboles Singulares’. «De lo poco que se ha podido enorgullecer Imelsa», explica aunque reconoce que «al final pagamos justos por pecadores, los que trabajamos en el área social y medioambiental, que es un trabajo sin ánimo de lucro, somos los últimos de la fila». Reconoce también que a esta tormenta perfecta se ha unido la falta de Gobierno con lo que no se pueden tomar decisiones ni tener un interlocutor claro con quien renegociar la deuda. «Se ha juntado un poco todo», se lamenta.

Por el momento, la Fundación Félix mantiene una mínima actividad y en la estructura de la fundación tan sólo queda su directora. «Mantenemos actividades mínimas, mínimas con la esperanza de que todo este proceso no implique finalmente el cierre». Algo que ve complicado. Siente, especialmente, que «hemos tenido que despedir a gente que se ha dejado la piel en el proyecto durante todo este tiempo, gente vocacional que ha hecho un trabajo maravilloso y con una grado de fidelidad a la causa increíble, ha sido la parte más dura», señala.