El Correo de Burgos

VIOLENCIA DE GÉNERO

El asesino de Yolanda confiesa su crimen ante la jueza

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer decreta prisión provisional, comunicada y sin fianza para Iñaki González / Será investigado por un delito de asesinato

Concentración de repulsa por el asesinato de Yolanda Pascual.-SANTI OTERO

Concentración de repulsa por el asesinato de Yolanda Pascual.-SANTI OTERO

Publicado por
M. R. / L. B.
Burgos

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El asesinato de la periodista de El Mundo-El Correo de Burgos Yolanda Pascual está resuelto policialmente. Ahora, será el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Burgos el que determine el futuro judicial de su agresor, Iñaki González, que a primera hora de ayer pasaba a disposición judicial tras haber admitido ante la Policía haber apuñalado a su expareja en el garaje de su vivienda la madrugada del pasado jueves.

La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer decretó a última hora de la mañana de ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para el asesino confeso de Yolanda. Iñaki González, que pasó a disposición judicial a primera hora de la mañana de ayer tras haber declarado ante los agentes, asistido por un abogado de oficio, mantuvo el mismo discurso ante la jueza que en comisaría en su declaración al reconocer los hechos. La jueza deViolencia sobre la Mujer ha decretado el secreto de las actuaciones.

La asociación Clara Campoamor ha solicitado personarse como acusación particular en el caso. A la espera de que el juzgado de guardia dé trámite a su petición, su presidenta Blanca Estrella Ruiz, anuncia que «irán a por todas». Y es que la intención de esta agrupación es que Iñaki González pague «no solo por el brutal crimen», si no también por el maltrato previo. «Es la línea que mantenemos en estos casos, en los que el pasado también debe pesar en la condena final», explicaba. La personación de esta entidad de apoyo de carácter nacional busca además «minimizar los gastos a la familia», poniendo a su disposición su equipo de abogados y su dilatada experiencia en casos similares. De entrada, la apuesta es clara: «Prisión permanente revisable», señala contundente Ruiz, preocupada por la iniciativa parlamentaria que, por mayoría, ha reclamado al Gobierno la supresión de esta figura del Código Penal.

«Si lo lograran, que espero que no, apelaríamos al artículo 78, por cuya inclusión peleamos desde la asociación y recabamos solo en Castilla y León más de un millón de firmas», recuerda. Con todo, la petición de condena se consensuará con la abogada que ya trabaja con la familia de la asesinada.

El relato del asesinato de Yolanda Pascual a manos de su expareja es claro, después de que su agresor haya admitido, y narrado, que fue él el que apuñaló a su expareja. Ante la jueza de Violencia sobre la Mujer declaró lo que ya había contado a los agentes. Que él la había matado.En su declaración trató de justificarlo en el hecho de que «no aguantaba más», que estaba «asfixiado económicamente». Situación de la que él no se hacía responsable sino que lo achacaba a su expareja. No podía soportar que su expareja «viviera muy bien», con su hija, con su coche,... y que él, siempre según su testimonio, no tuviera dónde caerse muerto.

El pasado miércoles, Yolanda Pascual había terminado su jornada laboral. Al día siguiente no iba a ir a trabajar, había pedido el día libre porque tenía que acompañar a la hija de ambos, de 17 años, al juzgado de Familia porque había solicitado una modificación del régimen de visitas de su padre. En torno a las 23.30, salió del periódico, cogió su vehículo y se dirigió hasta su vivienda, en el Parque de Europa. Su asesino ya la estaba esperando por los alrededores desde hacía más de media hora. Había estado dando vueltas por el barrio, a la espera de que llegara su víctima. Cuando Yolanda accedió al garaje, el agresor aprovechó para acceder por la misma entrada, donde no hay cámaras de vigilancia. En su declaración, relató que empezó un discusión, que no debió durar más que unos segundos porque fue entonces cuando sacó el cuchillo que se había traído de casa y le asestó numerosas cuchilladas. A continuación, cogió las llaves del garaje de Yolanda y salió por el acceso que conduce a las viviendas, momento que sí recogen las cámaras que hay colocadas en esta entrada. Con total frialdad, confesó a los agentes que había cometido el crimen y les condujo hasta el contenedor en el que había depositado el cuchillo.

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