El Correo de Burgos

La Espuela / José Zapatero, propietario de El Lagar de Isilla y La Casona de La Vid

«Laporta es más simpático después de comer lechazo y bajar a la bodega»

Definirle es fácil, hombre comprometido, exigente y trabajador que sabe lo que quiere y cómo lo quiere. Es capaz de convertir en realidad cualquier ensoñación porque en cada empeño pone alma y cuerpo. Y le funciona. Junto a su mujer Pilar y sus hijos Pilar, Beatriz y Andrés ha pasado de los platos combinados que tan bien vinieron a las familias de los años 80 a crear un producto enoturístico de primer orden con uno de los restaurantes más laureados y visitados de Aranda (El Lagar de Isilla, con su bodega subterránea del siglo XV) y un complejo en La Vid formado por bodega elaboradora, un restaurante especializado en bodas y un hotel en el que cada habitación es una fantasía a descubrir

José Zapatero.-Loreto Velázquez

José Zapatero.-Loreto Velázquez

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LORETO VELÁZQUEZ
Burgos

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Pregunta- ¿A cuánta gente ha podido dar de comer?

Respuesta- A cientos de miles y varias generaciones. Antes eran básicamente clientes de Aranda pero ahora vienen de todo el mundo.

P.- Su trabajo es una cuestión de equipo. ¿Funcionaría un negocio como el suyo si la familia no estuviese al frente?

R.- La familia es importante pero si no existiera un gran equipo de gente comprometida y que también forma parte de esa gran familia, que es la empresa, no sería posible. Hay personas que llevan 25 y 35 años, también son de nuestra familia. Entre todos hemos crecido.

P.- Desde el inicio ha participado en las Jornadas del Lechazo y ha sido un defensor de la marca de garantía. ¿Qué le pareció la marcha de la sede de la IGP?

R.- Un golpe bajo. Aranda en ese momento era el centro del lechazo y además históricamente ha sido quien más ha estado ligada a ese producto. Creo que no se luchó suficiente y que estaría bien intentar traerlo de nuevo (hay un edificio que encajaría muy bien pero tenemos que tenerlo todos claro).

P.- ¿Considera que ha llegado el momento de lanzarse a un marchamo propio para Aranda?

R.- Sería muy interesante pero no es fácil. Se necesita mucha unión y tener todos las cosas más claras.

P.- La torta de Aranda lo consiguió y ahí están los cuatro panaderos que la elaboran, echando en falta ayudas por todas partes (de instituciones y hosteleros).

R.- Yo creo en las marcas de calidad y además las utilizo. No considero que los hosteleros no apoyen la Torta de Aranda; no solo la vendemos también nos la comemos (ríe). Sí es cierto que desde las instituciones deberían apoyar más y creer en lo que tenemos pero también es verdad que se necesita tiempo. La IGP del lechazo cuando empezó no la conocía nadie. Las Jornadas del Lechazo tuvieron mucho que decir.

P.- Su restaurante El Lagar de Isilla fue el primer establecimiento hostelero de Aranda de Duero, y de toda la provincia de Burgos, que obtuvo el marchamo de calidad Tierra de Sabor. ¿Se ha desinflado la marca?

R.- Un poco. Empezó muy fuerte y ahora está en un periodo transitorio. Espero que se le dé nueva fuerza ya que son marcas de calidad que merecen la pena y que a nosotros nos han servido para poner en valor productos de Castilla y León.

P.- La pregunta de vino o caña a un hombre que ha sido finalista en la Nariz de Oro puede sonar a risa. ¿Cuándo empezó su idilio con el vino?

R.- Desde muy joven, yo creo que lo llevaba en las venas. Después tuve la suerte de hacer de mi ocio mi profesión. ¡Qué más se puede pedir!

P.- Con una carta de vinos de más de 500 referencias, y con la experiencia que da toda una vida como hostelero y bodeguero, ¿cómo ve la Ribera del Duero?

R.- Está en un momento espléndido, además acaba de terminar la vendimia 2016 y ha sido espectacular en calidad y cantidad, y eso se va a notar en los mercados. Tenemos que estar orgullosos de todo lo logrado.

P.- ¿Ha sabido Aranda aprovechar la huella de las Edades del Hombre?

R.- Pienso que sí. Ha dejado mucha inercia, se han hecho inversiones y la marca Aranda ha salido muy reforzada.

P.- ¿Y qué me dice de Sonorama? ¿La música abre el apetito?

R.- ¡La que han preparado! Han hecho de una ilusión el evento más importante y con más repercusión de Aranda. Coordinar todo eso con voluntarios y con gente de forma desinteresada es para ponerles una calle a todos, a los que se ven y a los que no.

P.- Bajo su restaurante aguarda una de las pocas bodegas visitables. ¿Qué le parece la polémica que ha despertado la declaración BIC?

R.- Un BIC ata mucho y las bodegas de Aranda son muy singulares. Deberían de haber contado con nosotros antes de dar el paso definitivo.

P.- ¿Qué es lo más extraño que le ha pedido nunca un comensal?

R.- Pedido o pasado. ¡Son tantas las anécdotas que podíamos escribir un libro! Al tener una carta hecha, la verdad es que la gente se adapta pero como curiosidad una vez un cliente después de comerse un cuarto delantero me dijo que era una vergüenza el hecho de que tuviese tantos huesos.

P.- Se de buena tinta que ha servido a políticos de todos los partidos. ¿Existe el plato del consenso?

R.- A mí me gusta decir que soy de todos los equipos de fútbol. Hace unos días estuvo el expresidente del Barcelona Joan Laporta y me pareció más simpático después de comer lechazo y bajar a la bodega. En los restaurantes la gente se relaja mucho.

P.- ¿Qué hace un hombre como usted cuando no trabaja?

R.- Mi poco tiempo libre lo dedico a pasear por las viñas, para otro sería un trabajo, a mí me relaja. Ah, y, por supuesto, cuando puedo, a estar con mi nieto.

P.- Me dicen que haciendo piruetas con el porrón no hay quien le gane…

R.- Se lo veía a mi abuelo y a mi tío y somos campeones hasta que se demuestre lo contrario (ríe).

P.- ¿Qué quería ser de mayor cuando era pequeño?

R.- Imagínate, torero para comprarle un televisor a mi tía Clemencia.

P.- Si pudiera enviar un tuit a su yo de cuando tenía 15 años, ¿qué le diría?

R.- Estudia y sé constante y no te olvides del inglés.

P.- Y si existiese la reencarnación. ¿Qué le gustaría ser?

R.- Arandino y español.

P.- Si tuviese una varita mágica para cambiar las cosas...

R.- No dejaría que hubiese guerras ni hambre. Creo que no valoramos lo que tenemos en este país y hay mucha gente que no se da cuenta y solo piensa cómo complicarse la vida.

P.- ¿Nunca ha pensado en dar el salto a la política?

R.- No, soy empresario y aunque pienso que hay muchas cosas que cambiar también creo que no es fácil contentar a todo el mundo.

P.- ¿Un sueño?

R.- Tener más tiempo para mí y mi familia.

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