La temporada taurina se cerró con 34 corridas y 15 espectáculos

La temporada taurina en Burgos ha concluido con la celebración de un total de 34 festejos mayores. Importante cifra a la que hay que sumar los festejos populares que incrementan el global en otros 15 espectáculos más hasta alcanzar el medio centenar de funciones a lo largo de un curso que arrancó en abril en Aranda de Duero y concluyó hace poco más de dos semanas en Medina de Pomar.Entre los espectáculos taurinos mayores destacan el predominio en tierras burgalesas de las corridas de toros y de los festejos de rejones, los dos vértices que capitalizan el grueso de los 34 espectáculos celebrados. De ellos, un total de diez han sido corridas de toros y media docena han sido festejos de rejones, sin olvidar otro capítulo muy sobresaliente que son las novilladas sin picadores que en la temporada burgalesa tienen gran auge en plazas como Huerta de Rey, Arauzo de Miel y Salas de los Infantes.Por escalafones y números concretos, la provincia ha acogido durante este curso 10 corridas de toros, 7 novilladas sin caballos, 6 festejos de rejones, 5 festivales -picados unos y sin caballos otros- 2 novilladas con picadores, 3 becerradas y un espectáculo de recortadores. De estos números, llama la atención la llama tan viva de las novilladas sin picadores y los festivales que durante este ejercicio se han visto incrementados con el que sirvió para abrir el curso en Aranda de Duero mediado el mes de abril.Los espectáculos taurinos en Burgos se han repartido en un total de 13 escenarios que han abierto sus puertas durante el año: Burgos, Aranda de Duero, Medina de Pomar, Roa de Duero, Villarcayo, Briviesca, Huerta de Rey, Salas de los Infantes, Arauzo de Miel, Lerma, Belorado, Villadiego y Melgar de Fernamental. Con relación a los últimos años se ha perdido una plaza que es la de Pradoluengo que durante este curso no ha abierto sus puertas.Categoría de festejos

El número mayor de espectáculos han sido las corridas de toros. Diez en total dividas en Burgos, Aranda de Duero, Roa de Duero y Medina de Pomar. Cuatro plazas fieles a los festejos mayores y que suponen el grueso de la temporada taurina burgalesa. De las cuatro, el coso de la capital es el que más ha celebrado con un total de cuatro corridas, seguido por Aranda con tres, mientras que Roa y Medina de Pomar han acogido una única corrida si bien sus ciclos están compuestos por tres espectáculos mayores.El segundo epígrafe en importancia es el de las novilladas sin picadores con la puesta de largo de siete funciones repartidas en cuatro cosos: Salas de los Infantes, Arauzo de Miel, Huerta de Rey y Villarcayo. Todos ellos han acogido dos funciones de este tipo con la salvedad de Villarcayo que celebró uno pero completó su abono con un espectáculo de rejones y un festejo popular.Los rejones siguen teniendo mucha preponderancia en esta tierra. Durante el curso se han celebrado media docena de funciones, no faltando el espectáculo ecuestre en las cuatro plazas más importantes de la provincia: Burgos, Aranda de Duero, Roa de Duero y Medina de Pomar. Incluso, en esta última, por partida doble al sumarse el festejo de San Isidro en mayo al que ha cerrado el curso el pasado mes de octubre. A ellos hay que añadir el festejo ecuestre celebrado en otro coso como Briviesca, coso que ha perdido influencia taurina durante el curso, al reducir la categoría de sus festejos con relación a lo que venía siendo habitual en los últimos tres lustros.A los datos que se desprenden del ejercicio taurino burgalés hay que añadir que en los 34 espectáculos mayores celebrados durante 2016 se han paseado un total de 95 orejas entre matadores de toros, novilleros con y sin caballos y festejos de rejones. De los apéndices cortados el capítulo más cuantioso corresponde a las corridas de toros y festivales con un montante de 61 trofeos, cifra superior a las 26 orejas que se han repartido los rejoneadores y a las 15 de los novilleros.