El Correo de Burgos

Bona: «Debemos educar a los niños como seres sociales no individuales»

El docente César Bona compartió un encuentro con profesores del programa Planea Emprendedores

César Bona, en la conferencia que dio ayer en el CAB.-ISRAEL L. MURILLO

César Bona, en la conferencia que dio ayer en el CAB.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
V. MARTÍN
Burgos

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Es el mejor profesor de España y uno de los mejores del mundo. César Bona fue uno de los 50 finalistas del Global Teacher Prize, un título reconocido por la Varkley Foundation y dotado con un millón de dólares. Ayer, visitó Burgos para participar en un encuentro con docentes, organizado por Fundación Caja de Burgos dentro de su programa Planea Emprendedores. Aseguró estar muy orgulloso de este reconocimiento pero explicó que es «consciente de que hay muchos maestros anónimos que hacen cosas maravillosa por la Educación», comentó.El secreto de su éxito metodológico reside en invitar a los niños a participar en la sociedad del compromiso y en escucharles. «Hay que escuchar a los niños e invitarles a que se escuchen entre ellos, que vean que pueden ser un ejemplo para otros y que cada paso que den o cada palabra que digan tendrá una repercusión en las personas que tienen a su alrededor y en el medio en el que viven». Para lograrlo, aboga por la reflexión como medida necesaria para empezar a dar pasos en dirección a un cambio educativo. «Hay que invitar a los niños a reflexionar y ver qué podemos mejorar, eso sí, es fundamental que cualquier cambio que venga sea siempre en beneficio de los más pequeños».Asegura de sus archiconocidos ‘La nueva educación’ y ‘Las escuelas que aman el mundo’ que son «dos obras complementarias». El primer libro recoge la visión del maestro, es un viaje interior y «aunque se llama ‘La nueva educación’, es más una forma de llamar la atención hacia lo que somos y lo que debemos ser como maestros y como alumnos, porque si hay algo claro es que hay métodos educativos que se usaban hace 40 años y volverán a hacerse en un futuro y serán igualmente útiles».Por su parte, ‘Las escuelas que cambian el mundo’ es también un viaje, pero en este caso, en el sentido más estricto de la palabra y es que «se trata de un viaje que realicé por diversas escuelas del mundo en el que he aprendido mucho y donde descubrí que hay mucha gente haciendo cosas interesantes».Bona es una persona humilde en sus palabras. No considera que su ‘revolución’ haya supuesto un cambio en la visión educativa de nuestro país, a pesar de que es más que evidente que ha despertado nuevas inquietudes especialmente entre el gremio educativo. «Estamos en un momento bonito en Educación, hemos empezado a ver noticias positivas como iniciativas importantes en los colegios y es fundamental dar visibilidad a esos proyecto».Entre ellos, Bona recordaba el de un niño gallego de 8 años que «estaba desarrollando un monográfico sobre el Alzheimer». El docente le preguntó si era un trabajo que le habían mandado en el colegio, a lo que respondió que no, que «lo hacía porque su abuelo murió de esa enfermedad y ya que no pudo ayudarle a él, quería intentar ayudar al sociedad». Ese es el perfecto ejemplo de «la escuela que queremos». Una escuela que sume y aporte a la sociedad porque «no podemos seguir educando a seres individuales sino a seres sociales».Precisamente en este sentido, cree que «los partidos políticos empiezan ahora a acercar posturas en un pacto por la Educación, pero es importante que escuchen a los implicados, niños y adolescentes, familias y docentes y que dejen a un lado las ideologías porque acortan la mirada».Sobre las tareas escolares, Bona reconocía que «independientemente de que haya alumnos que necesitan un refuerzo, los niños son curiosos por naturaleza y debemos invitarles a investigar, los deberes deben servir para complementar, no tienen la culpa de que los currículos educativos sean tan largos».

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