El Correo de Burgos

MUNICIPAL

Urbanismo inicia el camino para que la UTE S-8 concluya las obras

Citan a las empresas que conformaron la UTE para conocer la posibilidad de que terminen la urbanización / Queda un 15% de ejecutar que se corresponde con la rotonda de Juan Gil

En esta imagen aérea se puede observar que las obras se pararon a mitad de un vial y junto a la glorieta los almacenes de materiales de construcción.-ECB

En esta imagen aérea se puede observar que las obras se pararon a mitad de un vial y junto a la glorieta los almacenes de materiales de construcción.-ECB

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N. E. BURGOS
Burgos

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El área de Urbanismo del Ayuntamiento inicia el camino para solucionar los problemas de los sectores urbanizables que, como consecuencia de la crisis económica, quedaron inconclusos. Uno de ellos es el S-8 conocido como ‘Fuentecillas II’, que se sitúa al noroeste de la ciudad, entre la vía del ferrocarril Cidad Dosante y la calle Francisco Salinas, junto al sector S7 ‘Fuentecillas Norte’ y al Plan Parcial ‘Fuentecillas I’.

En este caso, el objetivo que se marcan es lograr que la UTE S-8, encargada de la urbanización de las parcelas -al acceder por un contrato de concurrencia-, concluya el 100% de los trabajos previstos.

La concejal de esta área, Ana Bernabé, explica que se llegó a ejecutar un 85% de la obra y, por ello, se va a solicitar que se continúen los trabajos en el punto en el que se quedaron hace ya varios años, hacia 2010, y se finalice el 15% restante.

Al menos media docena de empresas de la construcción de Burgos, conformaron la UTE S-8 que debía ejecutar obras como meter las canalizaciones, construir las aceras y los viales, dejar las parcelas preparadas para su desarrollo con las acometidas de los suministros, así como instalar el alumbrado. Todas esas cuestiones previas a la construcción de viviendas y dotaciones en esta zona de la ciudad, entre las calles Francisco Salinas y avenida Valentín Niño.

La suerte de las empresas que se hicieron cargo de los trabajos ha sido desigual durante todos estos años de crisis de la construcción y de la crisis económica. Pero ya se ha citado a los responsables de esa UTE para que en pocos días pasen por las oficinas municipales de Urbanismo para conocer las posibilidades de concluir el proyecto. Bernabé es partidaria de que continúen con las obras en el punto en el que las dejaron, aunque si es imposible, los técnicos estudiarán la rescisión del contrato y se verán las posibilidades de ejecutar el aval para que luego sea el Ayuntamiento quien concluya ese 15% de obra que resta.

La opción primera sería la más sencilla y también la más económica para las arcas municipales. Precisamente, que las obras que restan tienen que ver con la parcela que el grupo municipal socialista señalaba esta semana, entre la glorieta de Juan Gil y la calle Francisco Salinas. El concejal Antonio Fernández Santos señalaba que ese suelo es de titularidad municipal y apuntaba la necesidad de derribar las construcciones que allí se ubican para evitar accidentes como el ocurrido hace pocos meses cuando ocho personas que habitaban una vivienda resultaron intoxicadas por inhalación de humo.

La concejal de Urbanismo señala que este suelo será municipal cuando se terminen de ejecutar las obras de urbanización, mientras tanto pertenecen a la UTE como agente urbanizador. El proyecto de reparcelación del S-8 adjudica al Ayuntamiento las parcelas de resultado de esa zona. Y en ese 15% de trabajos que quedan por ejecutar se encuentra cuestiones como el traslado del almacén de materiales de construcción a una parcela todavía por decidir, probablemente en Villalonquéjar, pagar la indemnización por ese traslado y a continuación derribar las construcciones para entregar el suelo libre de cargas a la ciudad.

Antes de que se paralizaran los trabajos ya se había hablado con los antiguos propietarios para buscar una nueva ubicación para la actividad de almacén. Sin embargo, antes de cerrarse el acuerdo resultó que la parcela elegida ya había sido vendida por el consorcio de Villalonqúejar a un tercero. En esos meses de negociaciones se paró la obra y el agente urbanizador llegó a un acuerdo con los propietarios de esas edificaciones para que mantuvieran allí su actividad. De retomarse las conversaciones con el Ayuntamiento, también deberán reiniciarse las tareas para trasladar ese almacén e indemnizar a los antiguos propietarios. El planeamiento para esa zona implica el derribo de esas edificaciones.

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