El consorcio del ferrocarril hace caja con la venta de 3 parcelas por 11 millones

Puede que sea la operación más exitosa, en cuanto a hacer caja se refiere, del Consorcio de la Variante del Ferrocarril en su complejo empeño por monetizar todo el suelo liberado con el desvío ferroviario, aunque de momento tiene dos ventajas fundamentales para el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Burgos. Por un lado aporta más de once millones de euros a las arcas del consorcio con los que afrontar los pagos programados para este año y, por otro, viene a confirmar la racionalidad del plan de refinanciación que se aprobó a finales de año con el plácet del PSOE y la oposición frontal de Imagina y Ciudadanos.

Desde el punto de vista financiero, la operación consiste en la venta mediante subaste de tres parcelas muy cercanas a la antigua estación de trenes por un importe conjunto de 11 millones de euros a una empresa local y dos constructoras foráneas, liberando suelo para la edificación de 201 viviendas. Operación que fue aprobada ayer en la reunión del Consorcio del Ferrocarril.

La primera de ellas es la parcela de las casas de los ferroviarios, pegadas al centro de clasificación y paquetería de Correos y la estación. Sobre esa parcela existía una oferta previa de la inmobiliaria Río Vena, que ya había construido en la parcela inmediata han adjudicarse la enajenación que promovió el consorcio hace varios años. En esta ocasión, Río Vena pagará 3,2 millones por el solar en el que se encargará de derribar los edificios existentes, construir las 46 nuevas viviendas que permite el planeamiento en esa parcela y, después, urbanizar el entorno, trabajo cuyo coste se les descontará del precio de venta de la subasta. O dicho de otro modo, se le permitirá pagar en especie, con la urbanización de la calle, parte de la operación. Esta es la promoción que está más adelantada puesto que la empresa ya tiene listo el proyecto básico. De hecho, a finales del año pasado hubo cierta polémica entre los grupos políticos del Ayuntamiento ya que se firmó la salida del último inquilino de las casas de los ferroviarios -previa compensación económica por abandonar sus casas- el 30 de noviembre y a continuación, el 1 de diciembre, se consignó una oferta por escrito para comprar la parcela por un precio muy ajustado con respecto al mínimo fijado. Los grupos de la oposición reclamaron que saliera a subasta para hacer más caja e Imagina rechazó el pago en especie, aunque finalmente la operación se ha cerrado en términos similares a como se planteó hace dos meses.

La parcela de mayor tamaño, una porción triangular de 5.250 metros cuadrados lindante con la calle José Luis Santamaría, se la ha adjudicado la empresa Río Daser XXI que podrá edificar 42 viviendas después de adquirir el terreno en subasta por 4.080.000 euros, una cantidad por encima del valor de referencia, lo que la ha valido la adjudicación en esta operación de ventas por parte del consorcio, según explicó el concejal de Hacienda y portavoz de este órgano de gestión, Salvador de Foronda. La empresa aportará 200.000 euros a la firma de la compraventa y en medio año tendrá escriturada la parcela.

En tercer lugar, el Grupo Asua, propiedad del gigante inmobiliario Inbisa, se ha hecho con otra parcela en la misma zona en la que se podrán levantar 82 viviendas de nueva construcción. Situado frente al Mercadona de la calle José Luis Santamaría. Asua pagará por este terreno 3,58 millones y tiene de plazo seis meses para formalizar la escritura.

Dinero en la cuenta

De Foronda mostró su satisfacción por haber podido comprobar en la práctica que la previsión de ingresos por enajenación de parcelas realizada a raíz del plan de refinanciación de la deuda del consorcio se esta cumpliendo «apenas dos meses después» de haberse aprobado y como respuesta a las dudas y pegas que han planteado tanto Ciudadanos como Imagina. Demuestran estas ventas, a su juicio, que la valoración se realizó «con mucha cautela y pisando el suelo», de forma que la reestructuración de la deuda se sustenta en una planificación «creíble» de la que responsabiliza al grupo de trabajo que la llevó adelante, incluidos los asesores de la operación y el personal del Consorcio.

Este organismo tiene que hacer frente a sendos pagos de 800.000 euros, uno correspondiente a la amortización de capital y otro de intereses, con lo que el ingreso de 11 millones será más que suficiente para levantar esa letra y próximos pagos. De Foronda explicó que el dinero irá a parar a una cuenta y al final de año las entidades financieras acreedoras realizarán un «barrido· de esa cuenta y las cantidades que resten se descontarán del capital total adeudado de forma que tendrán que recalcular las anualidades del año siguiente en el plan de refinanciación de la deuda, de la misma forma que haría un banco con un particular que a final de año amortizara parte del capital pendiente de su hipoteca, abaratando los pagos pendientes del año siguiente, tanto en el inmovilizado como en los intereses devengados.