El Correo de Burgos

La construcción del puente de Las Rebolledas empezará a final de año

La obra durará 18 meses por lo que debería estar listo en el segundo trimestre de 2019 / Tendrá un coste aproximado de 4,2 millones de euros / Ahora se está realizando el soterramiento de las líneas eléctricas

Un operario trabaja en la obra de soterramiento.-RAÚL G. OCHOA

Un operario trabaja en la obra de soterramiento.-RAÚL G. OCHOA

Publicado por
V. MARTÍN
Burgos

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Hace dos semanas se empezaban a dar los primeros pasos para la construcción del puente de las Rebolledas. Una infraestructura que permitirá cerrar, de forma definitiva, la ronda interior de la ciudad. Durante estos días se está desarrollando, en una primera fase, la actuación previa a las obras de urbanización del Sistema General Viario VG-20, que implica el soterramiento de las líneas eléctricas existentes en los terrenos ferroviarios correspondientes a la antigua línea férrea Santander- Mediterráneo, así como los trabajos eléctricos correspondientes al soterramiento de la línea de Adif. Una actuación que tiene un presupuesto de «600.000 euros», tal y como aseguró el alcalde de Burgos, Javier Lacalle.Gracias a la buena climatología que ha acompañado a la capital burgalesa en las últimas semanas, esta actuación «estará finalizada esta semana», añadió el alcalde. La infraestructura de canalizaciones quedará, de esta forma, «sumergida bajo el Arlanzón» y dará paso a la siguiente fase. Este segundo paso implicará «‘pasar’ los servicios entre un lado y otro del río».A partir de ese momento podrá iniciarse la demolición del actual puente y la construcción de la nueva estructura. Para ello «se está ultimando el proyecto del puente y será en la segunda quincena del mes de abril cuando podamos presentarlo de forma definitiva». De esta manera, las obras podrían salir a concurso «antes de las fiestas de San Pedro y San Pablo». Para este cometido, el Presupuesto General del Ayuntamiento contempla una partida de «1,2 millones de euros» y el inicio de la actuación correspondería «con el inicio del último trimestre del año».Las obras de demolición y construcción del nuevo puente «tendrán una duración aproximada de 18 meses, ya que necesitamos todo un verano- la época con menor estiaje del año- para poder desarrollar la cimentación de la nueva estructura», lo que supondría que la actuación estaría lista para «el segundo trimestre del año 2019».Recordaba que «este ha sido un proyecto acordado por todos los grupos políticos, una actuación que no es la prevista inicialmente por Herzog & de Meuron, que suponía una inversión que superaba los 20 millones de euros, pero tampoco el acondicionamiento del puente existente, sino una solución intermedia que costará 4,2 millones de euros».Por su parte, la agrupación municipal socialista aseguraba que la obra «se realizará a pesar del PP y gracias a la insistencia de los socialistas en esta infraestructura vital para la conexión de diferentes barrios de nuestra ciudad».Recordaba que «esta inversión es fruto de la propuesta que hemos defendido durante todo el mandato anterior» y que «aceptaron el resto de grupos municipales al iniciarse el actual». Añadía el PSOE que «el equipo de Gobierno vino defendiendo soluciones peregrinas al puente de los Ingleses y a la calle de las Rebolledas; primero propuso la circulación del tráfico rodado a escasos metros de las ventanas de las comunidades de vecinos y, después, improvisó con construir una vía verde para peatones y ciclistas, renunciando a la conexión del bulevar del ferrocarril con la ronda interior norte».La estructuraEl puente, que contará con cuatro carriles, dos por dirección y sus correspondientes aceras, descenderá aproximadamente cuatro metros- mide algo más de 5 metros de altura- hasta la carretera de Fuentecillas, que se elevará un metro, para encontrarse con el nuevo puente. «Esta confluencia se verá regulada por semáforos», tal y como avanzó el concejal de Obras, Jorge Berzosa, «será metálico y tendrá 54 metros de largo y 26 de ancho y una estructura de tres ‘ojos’».

Por otra parte, el primer edil aseguró que la Confederación Hidrográfica del Duero «ha sido muy razonable en sus exigencias» y es que «lo que demandan es la capacidad de desembalse que debe tener ante la famosa ‘avenida de los 500 años’ y, no debemos olvidar que ya hay una regulación del caudal del río gracias a los dos pantanos».

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