A la espera del Plan de Movilidad
Usuarios, el plan y conductores se tendrán en cuenta para definir el mapa de líneas
El Ayuntamiento ha retomado el trabajo para cuadrar la reorganización de las líneas de autobuses del Servicio Municipalizado. Este plan se desarrollará una vez que se conozcan los resultados del Plan de Movilidad Urbana ya contratado a la Unión Temporal de Empresas formada por el ITCL y TEMA por 207.000 euros.
El concejal responsable del Samyt, Jorge Berzosa, explicaba que no habrá ningún ajuste puntual en el mapa de líneas hasta conocer algún avance de este trabajo. En este sentido, añadió que las empresas están ultimando las preguntas de una encuesta que se va a desarrollar próximamente entre los burgaleses, especialmente entre quienes son usuarios del transporte público. Son, junto con los conductores, quienes mejor conocen los pormenores de los trayectos.
Por ello, el departamento ha solicitado por primera vez, tras los intentos pasados de modernizar los trayectos, propuestas sobre los posibles cambios a los conductores. «Nos ha ofrecido hablar y presentar propuestas algo que antes nunca se nos había permitido hacer aportaciones, esta vez sí», señala el presidente del comité de empresa de Autobuses, Pedro Garrido.
diálogo
La sección de conductores se vió señalada recientemente por las críticas del concejal de Ciudadanos, Vicente Marañón, sobre el alto absentismo de la plantilla. Por su parte el concejal del PSOE, Fernández Santos, sobre la falta de justificación de daños en autobuses que han necesitado arreglos. «Hemos mantenido reuniones con Berzosa, Marañón y Fernández Santos y, aunque mantenemos nuestras diferencias, hemos reconducido la situación», reconoce.
Las críticas sobre horas de bajas por contingencias comunes llamaron la atención de Ciudadanos. Quien se expresó con mayor contundencia fue Marañón, del que los trabajadores llegaron a pedir la dimisión. «Hemos mantenido encuentros y finalmente nos ha entendido, nos ha pedido datos y opinión y se ha dado cuenta que hay más cosas que se pueden resolver para reducir esas bajas», señala Garrido. El representante sindical apunta que el criterio de definir dolencias como enfermedad profesional por parte de la mutua es «demasiado bajo». Sólo el 2% de las bajas se definen de este tipo y todas las demás se señalan como contingencias comunes.
«Sucede en otras profesiones como administrativos, hay dolencias que, con el pasar de los años, están vinculadas a la prestación del servicio». Destaca, en el caso de los conductores, dolores musculares y de espalda por mantener la misma posición durante las nueve horas que dura cada turno al volante del autobús y que genera agarrotamiento. Una situación que se agrava en los trayectos más largos o de difícil conducción como puede ser el caso de la línea del centro de la ciudad hasta Villafría donde se recorren 12 kilómetros de ida y vuelta con muchas rotondas.
Hace unos años se elaboró un informe sobre los riesgos físicos y psíquicos del trabajo de los conductores. Aquel estudio «demostró una carga excesiva en la organización del trabajo, se realizó una valoración y conclusiones pero nunca se llevaron a cabo», recordaba hace unos meses a este periódico fuentes sindicales del Consistorio.