El Ayuntamiento se ahorrará más de 600.000E si logra disolver el Plan

r. gª ureta burgos

A regañadientes, pero sabiendo que en el fondo salen las cuentas. Así se ha llevado a cabo el mandato del pleno municipal para promover la disolución de la Asociación Plan Estratégico de Burgos, que tendrá su episodio final el próximo viernes 24 de marzo con la votación en la reunión de la asamblea general de la propuesta para zanjar la actividad de este organismo, cuyo principal contribuyente es el propio Ayuntamiento de Burgos. Pero no el único.

El Plan fue fundado a propuesta del alcalde socialista Ángel Olivares que invitó a una representación de la sociedad burgalesa a formar parte de un proyecto que pretendía encontrar las fortalezas de la ciudad para explotarlas y sus debilidades para reconducirlas. El Consistorio corría con la mayoría de los gastos y se reservaba el control, pero dejaba abierta la puerta a la participación del resto de asociados, que siempre han tenido voz y voto y con lo que no se ha sido demasiado exigente a la hora de hacerles cumplir con las cuotas anuales, ya que la aportación de la ciudad era abrumadoramente superior. Hasta que el dinero dejó de llegar.

Los atrasos que acumula la Corporación municipal darían para mantener la actividad del plan durante varios años, después, incluso, de que se hubiera saldado la deuda del propio Plan con acreedores públicos y privados. Tanto es así que el Plan se acerca a su disolución con unos activos en libros de más de 600.000 euros. Este patrimonio sobre el papel procede exclusivamente del dinero que debe el Ayuntamiento que alcanza vencimientos exigibles por valor de 924.765,85 acumulados en cinco anualidades, desde 2012 a 2016. El resto de socios adeudan en total, por cuotas impagadas, 70.390 euros y tres cuartas partes corresponden a la Diputación, la Junta de Castilla y León y la Cámara Oficial de Comercio, a razón de 15.000 euros cada uno. Así reza en el informe económico que han recibido cada uno de los 47 socios miembros de la Asamblea General y al que ha tenido acceso este periódico.

Beneficio en libros

En el lado del pasivo, el Plan debe a su vez 305.786,84 euros, por lo que existe un saldo positivo a favor de la Asociación de 681.368,62 euros. Pero ese beneficio no llegará a realizarse. El Ayuntamiento al promover la disolución y liquidación del Plan lo que consigue en la práctica es asumir los pagos pendientes de la Asociación, a los que hará frente con su patrimonio tal y como marcan los estatutos, pero no se pagará a sí mismo las cantidades que adeudada por sus aportaciones anuales impagadas.

Y queda por ver -probablemente se discuta en la reunión de la asamblea general- si se reclamará o no al resto de socios sus atrasos. Pero, por si quedase alguna duda de que quien sale ganando es el Ayuntamiento, los estatutos recogen explicitamente que «el posible patrimonio existente de la Asociación se destinará al Ayuntamiento de Burgos, para el mismo cumplimiento que los fines fundacionales de ésta Asociación».

Para pilotar la disolución y liquidación del Plan, siempre que lo acuerde la asamblea, la junta directiva se constituirá automáticamente en comisión liquidadora para tomar las decisiones en torno «al destino que se dé a los bienes y derechos de la Asociación, como a la finalidad, extinción, liquidación de cualquier operación pendiente y demás obligaciones» legales.

Por otro lado aún queda pendiente la decisión de subrogar al personal de la oficina técnica de coordinación del Plan en la Sociedad de Promoción creada por el Ayuntamiento para desempeñar los mismos fines o bien asumir las correspondientes indemnizaciones por cese de esos empleos.Más información en la edición impresa.