El Correo de Burgos

«Las mayores trabas se las pone uno mismo en forma de excusas»

El Langui cautivó ayer a más de 500 jóvenes burgaleses a los que, desde su experiencia, animaba a esforzarse para luchar por sus sueños: «Sin sacrificio, no hay recompensa»

El Langui, en su intervención ayer, en el centro Cultural Caja de Burgos.-RAÚL G. OCHOA

El Langui, en su intervención ayer, en el centro Cultural Caja de Burgos.-RAÚL G. OCHOA

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L.BRIONES
Burgos

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Que más de medio millar de adolescentes reciban con aplausos y vítores al ponente de una jornada sobre emprendimiento sorprende y da la pista: algo va bien. El acierto, sobre el escenario. La sola presencia de Juan Manuel Montilla en el centro Cultural Caja de Burgos bastó para enmudecer a los alumnos de 18 centros educativos que abarrotaban la sala, que no es poca proeza.El Langui sabe que juega con esa ventaja y la aprovecha. Ayer, por ejemplo, se servía de ella para recordar a los presentes «esos consejos que reciben todos los días de sus padres y profesores», consciente de que su voz y su experiencia pueden calar con más facilidad.«No invento nada», confesaba minutos antes, seguro de que poco han variado las recomendaciones que suenan hoy en casas y escuelas respecto a las que escuchaba él mismo con su edad: «A mí me decían esfuérzate, estudia, haz algo de provecho, la cosa está mal ahí fuera... Y yo les digo precisamente eso: sin sacrificio, no hay recompensa».Eso sí, la recompensa puede no ser lo soñado. «De pequeño me gustaba el fútbol y eso me motivaba para empezar a valerme por mí mismo, a vestirme solo, a ponerme las zapatillas para bajar con los demás niños. Cuando me preguntaban qué iba a ser de mayor respondía convencido que futbolista y que iba a debutar en el Bernabeu», relataba a los jóvenes absortos. Ni siquiera la discapacidad física con la que había nacido, explicó, mermaba su ilusión, «el brillo el los ojos que hacía callar al que escuchaba ese sueño».La clave, a su juicio, radica en no desanimarse y sobre todo en valorar el camino: «Es cierto que hoy en día es fácil conocer casos de gente que se ha esforzado muchísimo, que se ha formado durante años, renunciando a muchas cosas, y al final no logran ejercer la profesión para la que se han preparado.Es fácil pensar, ¿para qué voy a sacrificarme si es probable que no lo consiga? Pero es que son tantas las circunstancias que no dominamos y pueden impedir llegar a la meta soñada... Por eso lo importante es el camino. Todo lo que aprendes sirve para mejorar como persona. Esa es la recompensa».«¿Trabas? Puede haber muchas pero las más grandes nos las ponemos nosotros en forma de excusas, diciéndonos que ya lo haremos mañana. Y solo uno mismo puede romper eso, empeñarse en luchar y convencerse de que puede conseguirlo. Sin esa actitud todo lo que empieces te va a costar mucho», añadía.Evidentemente, él no pudo ser futbolista profesional. Pero eso no le detuvo. Y es que cuando fue consciente apareció la música.«Entonces supe que quería cantar hip hop y hacer conciertos multitudinarios. Supe también que debía trabajar mucho, aprender a escribir, leer, buscar fórmulas para grabar, para llegar a la gente...», indicaba, para aclarar que «tenía claro que si me sentaba en el sofá a esperar una oportunidad no iba a llegar, nadie me iba a ahorrar el esfuerzo, nadie os lo va a ahorrar a vosotros». Silencio en las butacas.El cantante y actor, que ha cosechado reconocimientos en ambas facetas, se dirigía así, sin tapujos, a los participantes de la iniciativa de Fundación Caja de Burgos Planea Emprendedores y les instaba a parar y pensar, observar y sobre todo, a lanzarse.

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