El Correo de Burgos

POSIBLE CIERRE DE GAROÑA

Galán reconoce que «impuestos» y «obligaciones» hunden a Nuclenor

Iberdrola ha propuesto ya a Endesa, su socio en Nuclenor, el «desestimiento en la operación de explotación» de la central nuclear burgalesa «simplemente porque económicamente no es viable»

Burgos

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ricardo gª ureta burgos

La central nuclear de Santa María de Garoña «hace cuatro años que no funciona», como recordaba ayer el presidente de Iberdrola, copropietaria de la central a través de Nuclenor, pero desde mucho antes su futuro ha sido objeto de preocupación para los accionistas de la compañía que, cada año, vienen preguntando sobre la nuclear burgalesa en el turno de preguntas de la junta de accionistas.

Es en ese foro donde ayer Ignacio Sánchez Galán fue más claro que nunca sobre sus planes en el sector nuclear y en particular sobre Garoña, que será la primera víctima del giro en la estrategia de compañía para ir abandonando el negocio de la generación eléctrica de origen nuclear. La culpa, según el presidente de la energética, la tienen las restricciones emanadas de los sucesivos gobiernos que «han ido poniendo impuestos y obligaciones de forma sistemática, que han hecho que prácticamente el 50% de los ingresos» de Iberdrola Generación Nuclear -la «subsidiaria» que reúne el negocio de todas las nucleares de la compañía y que está «en pérdidas»- «tenga que ir para pagar esas obligaciones».

La pretensión de Sánchez Galán de desistir de seguir explotando Garoña viene motivada «no porque tenga nada», explicó el salmantino, sino «simplemente porque económicamente no es viable». Recordó que la semana pasada el director de la central ya aseguró en el Congreso que Garoña carece de viabilidad económica y remarcó que lleva «varios ejercicios con pérdidas muy cuantiosas».

Reflotar la central nuclear supondría una inversión superior a los doscientos millones de euros según cálculos de Nuclenor que cifra en al menos 170 millones de euros el coste de aplicar las instrucciones del Consejo de Seguridad Nuclear para implementar mejoras de todo tipo en la central burgalesa que considera imprescindibles para poder autorizar su puesta en funcionamiento, independientemente del plazo de explotación que le conceda el Gobierno a través del Ministerio de Industria. Habida cuenta de ese gasto millonario, de la presión fiscal y el resto de obligaciones que debe cumplir Nuclenor para explotar la central, el horizonte de amortización de esa inversión desaconseja la reapertura.

Accionistas

El presidente de la compañía energética fue interpelado por este asunto por varios accionistas ayer en Bilbao, entre ellos María Elena Valladares de Greenpeace y Gorka Artiñano, de Foro contra Garoña que tomaron la palabra en la junta como representantes de sendos grupos de accionistas. En ambos casos exigieron el cierre y desmantelamiento de la central y cargaron contra su supuesta falta de seguridad y el riesgo de contaminación por el material radiactivo.

Galán, que criticó que «se hace demasiada política con la energía» recordó que la labor de Iberdrola es la de generación y distribución de energía «de forma segura y eficiente» y negó que existiera ningún riesgo en una central que «lleva cuatro años sin funcionar».

La eléctrica ya se ha puesto en contacto con su «socio» en Nuclenor, la titular de la central, para trasladarle estos reparos a seguir adelante con la central burgalesa «y espero que en algún momento lleguemos a un acuerdo para poderlo hacer», aclaró Sánchez Galán ante la junta general de accionistas que aplaudieron su intervención.

Hace un año, unas supuestas declaraciones sin confirmar que un portavoz del sindicato nacionalista vasco ELA atribuyó a Sánchez Galán, durante una reunión con los diferentes sindicatos representados en la compañía, vinieron a agitar de nuevo el fantasma del cierre de la central precisamente por causas económicas. En aquel momento Iberdrola guardó silencio sin confirmar o desmentir esa presunta conversación, pero Endesa sí fue clara a la hora de recordar que «la decisión final sobre su futuro, si obtiene el visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear será sólo empresarial».Más información en la edición impresa.

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