Berzosa descarta cambiar los bancos del bulevar

Hace ya más de un año que el alcalde se comprometía con los vecinos de San Julián a mejorar el mobiliario del bulevar. Respondía así Javier Lacalle a la preocupación de los residentes de esa zona -y de otras próximas como San Pedro y San Felices- por los estragos del vandalismo, que parece cebarse con los coloridos bancos que salpican el antiguo trazado del ferrocarril desde su conversión en un nuevo eje urbano, en 2011.Poco después de aquel anuncio, que tuvo lugar en el encuentro con la que fuera alcaldesa del barrio por un día en febrero de 2016, el edil de Infraestructuras y Vías Públicas, Jorge Berzosa, reconocía que se estaba estudiando cómo solucionar este asunto y que, incluso, se barajaba sustituir el mobiliario actual elegido por Herzog & De Meuron por uno «más robusto», tal y como precisó el regidor municipal a los vecinos, o, en todo caso, que exigiera menor mantenimiento para minimizar el gasto.Y es que las formas redondeadas de muchos de los bancos dañados elevan el coste de los arreglos. Las tablillas tienen unas características tan particulares -incluso distintas curvaturas en función de su ubicación- que deben fabricarse a medida y complican la reposición. De ahí que aquel plan, que al parecer comenzó a cobrar forma tras el compromiso del alcalde, planteara esquivar estas dificultades con un cambio de imagen que, en todo caso, se auguraba sutil.Sin embargo, esa posibilidad parece no haber ‘cuajado’ y, tras mucho meditar, el concejal descarta ahora tal renovación. Principalmente porque no hay partida presupuestaria contemplada para acometerlo. Así, Berzosa señala que el mantenimiento de estos elementos seguirá como hasta ahora: centrado en la «sustitución progresiva» de las piezas dañadas y a cargo de la cuantía global destinada a la brigada de Obras, que es el servicio que se encarga de estos arreglos puntuales.Mantiene la idea, eso sí, de probar tablas rectas en lugar de redondeadas, lo que permitiría abaratar el coste aunque a la larga suponga que los bancos pensados por el estudio suizo para su millonario diseño acaben siendo octogonales. Este ‘detalle’, en pro de la eficiencia, restaría cierta singularidad a unos elementos que aún hoy en la web de los arquitectos se describen como «tradicionales pero sorprendentes por ser muy largos o circulares, o ambos, con el fin de promover encuentros sociales».Bastaba entonces (como también en 2015, cuando el anterior edil de Fomento, Ángel Ibáñez, llegó a reconocer el «deficiente comportamiento» de estos elementos presa del vandalismo) y también hoy sigue siendo suficiente un paseo relajado por el tramo del bulevar que enlaza El Hangar con las traseras de la calle San Pedro de Cardeña para concluir que a los empleados de la brigada de Obras no les faltará trabajo. Y eso que, en este último año, se han llegado a suprimir bancos enteros en los que un día sí y otro también aparecían ‘rotos’ nuevos.Un ejemplo, el asiento circular ubicado en la conexión de la calle del Carmen con el trazado ferroviario, en el punto que otrora ocupara la entrada al túnel peatonal que permitía eludir el paso a nivel. Ese llamado banco-jardín desaparecía tras perder una a una casi todas sus partes. Justo enfrente aún perduran sus semejantes, que suman ya la enésima reparación víctimas de incívicos que parecen tener cierta obsesión con este mobiliario, al que han llegado a arrancar incluso el cemento que da forma a su esqueleto, lo que, sin duda, exige más dedicación que un golpe fortuito.