Alumnos de Maristas, «excelentes» para el desafío Hiperbaric Challenge

Excelente. Así es como han calificado el plan de viabilidad que presentó el equipo de los alumnos del colegio Maristas de Burgos para participar en la próxima edición de Hiperbaric Challenge, en el que se tiene que fabricar un coche de inercia real. Éste era el primer hito que tenían que pasar y en él debían detallar el diseño, proceso de montaje, construcción y todas las innovaciones que va a incluir su vehículo. Adrián de Dios, Juan Carlos Palencia, Amadeo Bisabarros y Hugo Mijango, son los integrantes de este grupo que han pasado con nota la primera fase y los únicos que han recibido esta calificación de toda España. Dos de ellos ya tienen experiencia, Adrián y Juan Carlos. Sin embargo para Amadeo y Hugo es su primera vez. «Nos apuntamos por ser un reto y porque está relacionado con lo que queremos estudiar en un futuro, ingeniería Industrial Mecánica», indica Adrián.

En esta ocasión han decidido mejorar tres coches de otros compañeros de su centro que ya han participado en años anteriores. En dos de ellos van a hacer reparaciones y varios ajustes por el desgaste que han sufrido. El otro es el que se construyó para la carrera de la pasada edición y en el que han incluido tres apartados de innovación. Por un lado han desarrollado un sistema de liberación en la carrocería, que supone un ahorro del 75% para extraer la parte de arriba. Así, en caso de haber una avería la tapa se podría retirar quitando una goma. «El año pasado llevaba 8 tornillos y se perdía mucho tiempo», recalca Adrián.

También van a utilizar una pintura especial que cambia de color cuando entra en contacto con temperaturas distintas, llamada termocromática, y posibilita ver el color de fondo si se calienta la superficie.

Asimismo han realizado un estudio de la aerodinámica de la carrocería, planteando varias mejoras, ya que en la última carrera observaron problemas al respecto.

En este plan de viabilidad han tenido además que incluir la explicación de cómo lo van a hacer y las herramientas, materiales y mano de obra que van a necesitar, exponiendo un presupuesto del coste total y el modo de financiación, que en su caso sería entre 4.000 y 6.000 euros. Al ser el equipo ‘Hiperbaric Maristas’, parte de la cantidad se la ha proporcionado la propia empresa, aunque esto no significa, como afirman al unísono, que tengan «enchufe» por ello. El resto lo tienen que conseguir a través de patrocinadores que ellos mismos deben de buscar. «Al final es una labor comercial, vamos a las empresas y dependiendo del dinero que nos ofrezcan tienen un espacio más o menos grande en nuestro coche», subraya Adrián.

Para facilitar esta tarea decidieron desarrollar un simulador acompañado de unas gafas de realidad virtual. Con él se vive en primera persona la bajada de la carrera. «Se nos ocurrió por hacer algo diferente. Había mucha gente que cuando les presentábamos nuestro proyecto no sabían de qué hablábamos y ahora vamos y les ponemos las gafas», refleja el estudiante. Independientemente del propio desafío, pensaron que podría ser una actividad divertida para niños y mayores, y hasta la fecha han llevado a cabo varios talleres con distintas asociaciones burgalesas, a los que llevaron uno de los coches para que la experiencia fuese más real.

Ahora mismo se encuentran en la fase de fabricación. Intentan reunirse una vez a la semana, o como mucho cada 15 días, en las instalaciones de Hiperbaric. Allí reciben el asesoramiento de un ingeniero de la empresa que les hace un seguimiento de su trabajo.

El próximo 23 de junio presentan su proyecto ante el jurado, cita a la que acudirán con el vehículo que incluye las innovaciones. El día siguiente será el de la carrera, en la que piensan competir con los tres coches. Por la tarde sabremos la decisión final y aunque no consigan ganar todo el equipo coincide en que ha merecido la pena.