«No son sólo seis toros de Adolfo, es regresar a Burgos»

La madurez, el momento. El torero burgalés Jesús Martínez ‘Morenito de Aranda’ ha puesto en valor el estado de gracia que atraviesa y el poso de su carrera profesional. Tras muchos altibajos, insatisfacciones y desasosiegos, el arandino ha logrado canalizar su propio destino y ser un artista en libertad, capaz de dirigir su propio destino y mostrarse en plenitud. En Las Ventas el viernes cuajó una tarde soberbia de gallardía y buen hacer, apenas, veinticuatro horas antes, de conocerse que estoqueará en la próxima feria de San Pedro y San Pablo seis toros en solitario de Adolfo Martín, noticia publicada en exclusiva por EL MUNDO-EL CORREO DE BURGOS.

«No son solo seis toros de Adolfo Martín, es regresar a Burgos con todo lo que ello supone para mí como persona y como torero», explica el diestro de Aranda de Duero que reconoce abiertamente: «Me enteré que estaba todo cerrado cuando volví de Las Ventas al hotel y mi apoderado me lo dijo. Es un reto muy difícil, que me llena de responsabilidad pero a la vez soy muy consciente que es el momento de hacerlo».

Sin anclajes, con una voz que muestra confianza en sí mismo. Sabedor del momento que atraviesa y de la manera que tiene de expresar sus sentimientos delante del toro. Así se expresa Morenito de Aranda. «Me encuentro muy bien», revela. «La vida te marca territorios y te enseña caminos por los que transcurrir y al final se trata de buscar el tuyo. Ahora soy el que quiero ser. La persona que habita dentro de mí y el torero que tiene tantas cosas que mostrar y que poco a poco las irá sacando», reconoce el burgalés.

Cortó una oreja en Las Ventas el viernes. «Fue el principio de todo», señala el arandino que admite: «Estar satisfecho por la dimensión que ofrecí en Madrid pero tengo muy claro que hay muchas cosas por delante que puedo aportar y sacar. Mi meta es desarrollar muchos más matices y hacer disfrutar al público mediante el disfrute mío personal».

Sobre los dos toros que tuvo delante en Madrid, Morenito recuerda: «No fueron fáciles ninguno de los dos pero ya no me puedo quedar esperando a que me ayuden los animales. Ahora, mi carrera se rige por la entrega y por la búsqueda constante de sensaciones nuevas». De la faena al quinto toro de El Ventorrillo, el burgalés insiste: «El toro no tuvo franqueza aunque sí mostró inercias y movilidad. A partir del tercer muletazo, el animal se metía por dentro y había que estar muy despierto con él porque es un tipo de toro que cala mucho en el público y nunca le ves realmente metido en la muleta».

«El toro -continua explicando Morenito- obligaba a exponer y a cruzar determinadas líneas para llevarlo cosido a la muleta. Eso lo percibió el público que me respaldó y empujó a poner realizar el toreo que llevo dentro y que poco a poco se irá viendo en toda su dimensión».

Morenito tiene por delante otra tarde en Madrid. Y luego, los seis toros de Burgos. «En la carrera de un torero hay que hacer apuestas, hay que dejar fluir sentimientos y sensaciones y es el momento de hacerlo. Cuando uno se encuentra en paz consigo mismo, lo transmites en la plaza y el público lo capta».

Será la primera en San Pedro que un torero se encierre en solitario con seis toros. Gesto y gesta inédita. «Era un dato que desconocía», afirma el torero ribereño quien subraya: «Me hace mucha ilusión poder entrar en la historia de Burgos por eso y debutar además en la plaza nueva. Tener la ocasión de hacer cosas importantes en el toreo es una oportunidad que no todos los toreros tienen y en ese sentido me siento muy responsabilizado pero a la vez muy satisfecho».