El Ayuntamiento extenderá el uso del contenedor marrón a toda la ciudad

En el año 2015, el Ayuntamiento de Burgos instalaba en los barrios de Cellophane y G3, a modo de prueba piloto, un nuevo contenedor, el marrón. Un depósito cuyo objetivo es incentivar el reciclaje de materia orgánica y que durante este tiempo ha sido sometido a un seguimiento por parte de la concejalía de medio Ambiente. Tras casi dos años de ‘vigilancia’, la concejal del área, Carolina Blasco, aseguraba ayer que «este nuevo contenedor se instalará en toda la ciudad», siendo esta una de las principales novedades del nuevo pliego de recogida de residuos que está desarrollando el área.«Los conclusiones de esta prueba han sido muy positivas», aseguró, «los vecinos de estos barrios han incorporado, cada vez en mayor medida, residuo orgánico al contenedor marrón y ha sido menor el residuo sólido urbano mezclado que se ha incorporado en ese contenedor». La prueba también ha servido para «darnos cuenta de la necesidad de articular un sistema que garantice que todo lo que se deposita en el contenedor marrón sea materia orgánica». Una necesidad para la que ya está trabajando el área de cara a incorporar ese mecanismo en el nuevo pliego de recogida de residuos.«El objetivo es articular un modelo que incentive un mayor reciclaje de materia orgánica entre los ciudadanos y generar el auténtico compost del futuro», comentó.La idea es que en el próximo contrato, la empresa adjudicataria «incorpore en todas las islas o en la distribución que se considere adecuada estos contenedores para la recogida de orgánico», aseveró la edil, quien añadía que «deberemos valorar también el tamaño de los mismos y que no se confunda con el contenedor gris». La principal apuesta pasa por reducir su tamaño ya que «la recogida de este residuo debe realizarse con mucha frecuencia, especialmente en verano, y los actuales contenedores no se llenan nunca».El actual contrato de recogida de basuras finaliza en noviembre «pero hay posibilidad de prorrogarlo dos años más», apuntó Blasco, quien añadía que «hay que dar pasos con seguridad de cara al nuevo pliego porque se trata de un contrato con una vigencia bastante larga».

datos de reciclajeAprovechando que ayer se celebraba el Día mundial del Reciclaje, la concejal confirmó que los burgaleses, «han incrementado la tasa de recuperación de residuos en unos años en los que se ha crecido el consumo». Así lo demuestran los datos de los tres contenedores que realizan recogida selectiva. Mientras que en 2013, se recogieron 10.311 toneladas; en 2014 fueron 10.361 toneladas; en 2015, 10.508 toneladas y ya en 2016, 10.823 toneladas.A estos contenedores hay que incorporar los datos de recogida de los residuos orgánicos de los contenedores marrones que se colocaron como prueba piloto. Precisamente el primer año se recogieron 429 toneladas de residuo orgánico- cabe recordar que la prueba se inició a mediados de 2015- mientras que en 2016 fueron 555 toneladas.En el otro lado de la balanza se ubica todo el residuo sólido que no se ha recogido de forma correcta y que alcanzó las 52.565 toneladas. En este caso, las cifras también se incrementan desde el año 2013 «como consecuencia también del incremento del consumo». Así, en el año 2013 se recogieron 50.004 toneladas; en 2014, fueron 47.166 y en el 2015, la cifra aumentó hasta las 51.723 toneladas.La tasa de reciclaje de la capital burgalesa se sitúa en el 74%, de la que un 17,6% es el aporte de los propios burgaleses, lo que «pone de manifiesto que, aunque el esfuerzo de los ciudadanos es muy importante, aún queda mucho margen de mejora», comenta la concejal. En el año 2015- en el contexto de los residuos urbanos que no se incorporaron a su contenedor correspondiente- se recogieron «600 toneladas de polietileno de alta densidad, de los cuales eran 186 toneladas correspondían a bricks, o 432 toneladas de papel, residuos que debían haber ido a su contenedor y que fueron introducidos en el gris o estaban mezclados en otros contenedores».Para Blasco, «el esfuerzo de los ciudadanos está siendo importante» y es que «los kilogramos de residuos que se recogen al año por habitante se han ido incrementando de forma progresiva». Así lo reflejan los datos recogidos por la concejalía. En el caso de los envases, en 2016 se alcanzaron los 15 kilos por habitante y año;de papel, la media fue de 27,5 kilos y en cuanto al vidrio, cada burgalés recicló 18,6 kilos.Un concurso para concienciar sobre el reciclaje de orgánicoCon el objetivo de concienciar a los burgaleses, especialmente a los más pequeños, sobre la importancia de la recogida selectiva, el Ayuntamiento de Burgos pone en marcha el concurso infantil ‘El valor de la materia orgánica depositada en el contender marrón o gris’. «Los pequeños que quieran participar deberán realizar una redacción sobre el valor de la basura orgánica como fuente de energía y cómo podemos evitar las sobras que acabamos tirando», explicó Juana Manrique, técnico del área de Medio Ambiente.Habrá dos categorías, una dedicada a niños entre 8 y 12 años y otras para jóvenes entre 13 y 16 años. Los premios para ambas categorías serán iguales. El primer premio será un ordenador portátil o tablet valorado en 600 euros, el segundo, una bicicleta valorada en 300 euros y el tercero, libros y material deportivo valorado en 150 euros.«Para facilitarles el trabajo. en el mes de julio organizaremos visitas a la planta de tratamiento para que acudan con sus padres a conocerla y tengan más informaciones para sus trabajos», comentó la técnico, «además en la web del Ayuntamiento se colgará un vídeo sobre el proceso de tratamiento».

Para participar deberán enviar sus trabajos a la web eduambiental@aytoburgos.es antes del próximo 15 de septiembre. La entrega de premios será el 3 de octubre.