Los registradores inscriben un 25% más de operaciones de venta

El Colegio de Registradores de la Propiedad, Bienes Muebles y Mercantiles de España cifra el incremento de operaciones inmobiliarias de compraventa en la provincia en un 25,3% en el primer trimestre del año. Se han registrado un total de 818 operaciones de las que 158 han sido sobre vivienda nueva y 660 en inmuebles de segunda mano. Los incrementos son sustanciales en vivienda nueva que crece un 26,6% pero también en los inmuebles de nueva construcción en los que se han registrado un 19% más de cambios de titularidad. Otro de los aspectos que señala la estadística registral inmobiliaria es que el 97,4% de los compradores son españoles mientras que el 2,6% son de nacionalidad extranjera.

La tónica experimentada en Burgos es similar a la que se ha dado a nivel nacional donde sube un 21,7% las ventas con 113.738 cambios registrales en las que la vivienda usada ocupa 93.248 operaciones frente a las 20.490 de los inmuebles de nueva construcción. La diferencia es que la población inmigrante tiene más peso con el 13% de las adquisiciones realizadas.

Reconoce Daniel de la Mata, intermediario inmobiliario, que los dientes de sierra son menos pronunciados. Explica, como lo dicen los datos del Colegio de Registradores, que «la compraventa va mejor que años anteriores pero sí es cierto que seguimos teniendo picos, unas veces subimos, otras bajamos pero cuando se sube es más arriba y cuando se baja lo hace mucho menos».

Pero ya no hay mucho donde elegir. «La mayoría de los productos de nueva construcción están vendidas y lo que quedan son los restos de algunas promociones fallidas». En cuanto a los pisos embargados quedan algunos, principalmente de particulares. Los pisos del Sareb suelen estar en muy mal estado «inmuebles más o menos decentes ya no quedan».

Viviendas de promociones concursadas quedan cada vez menos. En el barrio de Cortes hay viviendas que valían 300.000 euros y ahora se venden a 155.000 mientras que otros chalets en la zona de la Cellophane se vendieron en su momento a un millón de euros y hoy están por 360.000 euros... Pero «el promotor clásico aún tiene mucho que aprender porque el comprador del futuro no se deja llevar tan fácil, el sector debe afrontar el reto de adaptarse a los nuevos tiempos».