Lacalle considera probado que el PP «sabe gobernar en minoría»

Prácticamente la misma foto fija. Con matices, eso sí. Pero muy próxima en fondo y forma. Como hace un año por estas fechas el alcalde, Javier Lacalle, elegía la solemnidad del Salón Rojo para realizar el balance de sus dos años de mandato.

Y como entonces lo acompañaban los ocho ediles que conforman el equipo de Gobierno. Ubicados en distintas posiciones, cabe suponer que por azar, rodeando el atril en el que el regidor desmenuzó los logros alcanzados en este tiempo, los concejales arroparon en silencio la valoración de Lacalle. Incluso contenían el gesto cuando, a preguntas de los periodistas, el primer edil descartaba «tensiones» entre ellos más allá de «diferencias de opinión y enfados puntuales» a los que restó importancia. Al hilo, rechazaba que existieran «bandos» en el seno de su grupo como, reconoció, «sí ha ocurrido en el pasado».

Así, se mostró «muy orgulloso del trabajo que los concejales realizan» y consideró que en estos dos años, «pese a las dificultades», «hemos demostrado que sabemos gobernar también en minoría» y, por lo tanto, «la ciudad no ha estado paralizada tal y como algunos auguraron». Esa fue la conclusión del «positivo» balance de una gestión basada en «acuerdos» pero «sin triunfalismo» que trazaba ayer Lacalle, en la línea de lo manifestado en junio de 2016 y, de nuevo, al término del año pasado en plena ‘amenaza’ de moción de censura.

Aquel amago impulsado por Ciudadanos que finalmente no prosperó fue tildado de «error» por Lacalle. «Hizo perder un tiempo precioso y generó una incertidumbre que nunca es positiva», consideró el alcalde, para celebrar el «cambio de actitud» de los concejales de la formación naranja a los que llamó a mantener la posición «más constructiva» adoptada tras este episodio. Eso sí, ni rastro queda de la propuesta de entrar a formar parte del equipo de Gobierno que protagonizó el balance del primer año, en el que Ciudadanos se llevó los mayores elogios.

He ahí una de las diferencias. Y es que en esta ocasión el primer edil equiparaba el compromiso «con la ciudad» del grupo municipal liderado por Gloria Bañeres y el PSOE, del que citó expresamente, y por ese orden, a Antonio Fernández Santos y a Daniel de la Rosa, a los que agradecía «su oposición responsable» que instaba a mantener en lo que queda de mandato.

De hecho, Lacalle significaba el consenso como «seña de identidad del primer año que se ha mantenido en el segundo con el fin de mejorar la calidad de vida de los burgaleses». Detallaba que el diálogo se ha traducido en «16 importantes acuerdos» con distintos grupos municipales y presumía, como ya lo hizo en 2016, de la aprobación del presupuesto «con el mayor apoyo de la etapa democrática».

Fuera de este logro dejaba en todo momento a Imagina Burgos. Y es que a diferencia de en ocasiones anteriores, en las que el alcalde se resistió a ser especialmente crítico con la oposición, ayer sí arremetía contra la formación encabezada por Raúl Salinero, a la que acusó de «quedarse en debates estériles, simplezas y frivolidades». Opinó que su «lamentable actuación» en el Ayuntamiento «ha defraudado» y «no es lo que esperaban los muchos burgaleses que les votaron». Al respecto, invitó a sus ediles a «hacer algo constructivo» pues, de lo contrario, «su recorrido será insignificante», auguró.

También varió, aunque sutilmente y en sentido opuesto, el tono hacia el exedil ‘popular’ Fernando Gómez. Aunque Lacalle señaló que «nos gustaría que el PP tuviera los diez concejales que se votaron» reconocía que el actual escenario, con el citado como no adscrito, «es el menos malo» pues «con su apoyo en las decisiones importantes está contribuyendo a dar estabilidad».

Más allá de las valoraciones, que suponían no obstante la novedad más destacada, el alcalde centraba su balance en enumerar ejemplos que, subrayó, evidencian el avance de la ciudad. Algunos, como la ampliación de la EDAR, el cierre de la circunvalación, la recuperación de la antigua estación del tren o las mejoras en San Cristóbal y en instalaciones deportivas, ya salieron a relucir en el ‘repaso’ de enero, incluso en el de hace un año figuraban otros como la renovación de la flota de autobuses o el parque de viviendas municipal.

A ellos se sumaban la renovación de la red de aguas y la reforma de espacios como la plaza Santo Domingo, así como las mejoras en Bicibur y la redacción del proyecto para la remodelación del Plantío.

Lacalle destacó el liderazgo del Ayuntamiento de Burgos, ya que los 85 millones destinados a 22 importantes obras y dotaciones lo convierten en el más inversor de Castilla y León.

Sumó a tales hitos la reducción de la deuda municipal en 44 millones en los últimos 24 meses y el cierre de ambos ejercicios con superávit y un remanente de 55 millones en 2016.

No se resistió a citar el auge de la inversión industrial en la ciudad, los buenos datos del turismo y el descenso del paro. Aunque reconocía que estos indicadores no dependen de la gestión municipal, el regidor explicó que evidencian que la situación de la ciudad es hoy «mucho mejor» que en mayo de 2015.

Así lo explica el PP en el folleto que distribuirá en los próximos días, un díptico «que solo pretende informar, no vender nada», según precisó Lacalle.

RETOS DE FUTURO

Entre los propósitos de futuro cobraron «especial protagonismo» la concreción del plan económico financiero «que permita definir nuevas inversiones», la aprobación del Plan de Movilidad Urbana Sostenible, la dinamización industrial centrada en las parcelas disponibles en Villalonquéjar, la definición del plan estratégico de turismo y el avance de la administración electrónica.