Noche Blanca pasada por agua

Ya lo venían anunciando las previsiones meteorológicas días atrás, que en la tarde noche del sábado, además de la cultura serían protagonistas el agua, los truenos y algún que otro relámpago. A pesar de un tiempo desapacible, que poco a poco fue mejorando, fueron miles los burgaleses que se animaron, un año más, a participar de una nueva edición de la Noche Blanca.En la plaza de la Libertad, la lluvia respetó a los primeros participantes de la fiesta Holi, una explosión de color llenaba la plaza de colores y la cara de los participantes de sonrisas de oreja a oreja. «Es la tercera vez que participamos en una fiesta Holi, te lo pasas muy bien», comentó Paula, quien acompañada de sus dos amigas echaba a correr al centro de la plaza para volver al meollo.Pasaba media hora de las seis de la tarde cuando el agua hacía acto de presencia. Fue el momento para visitar espacios como el museo de historia natural del IES López de Mendoza, que abría sus puertas en esta cita cultural por primera vez junto a otros centros educativos de la capital. «Hemos aprovechado que el tiempo no acompaña para visitar algunos espacios que no conocemos como el Museo Militar», aseguraba Pilar en la cola formada en la plaza Alonso Martínez, donde un grupo de personas limpiaba la pista de baile para poco después estrenar el moving space, con robots humanos como protagonistas.En espacios como el Arco de Santa María y el Monasterio de San Juan, los visitantes disfrutaron de las muestras ‘Tras venecianas’ y ‘Make it with fashion’ y de bailes de la tierra o de Bulgaria.Los más pequeños también pudieron divertirse con diferentes actividades a pesar de la lluvia. En la avenida del Cid, recogidos en los soportales del edificio que alberga Instalaciones Deportivas, se disputaron numerosas partidas de ajedrez mientras la música ochentera de algún bar aledaño animaba el ambiente.Un metros más allá, en Plaza España, los talleres tomaban el protagonismo. De pintura, de cuero o de madera fueron algunos de ellos. «Al menos los niños han podido disfrutar de los talleres», comentaba Jesús, quien realizaba pulseras de colores con sus dos hijas, «aprovecharemos para visitar algún museo o ir a algún cuentacuento a resguardo».Cámara en mano, Jorge y Raúl caminaban por la Plaza Mayor en busca de la foto ganadora del VI Maratón Fotográfico. «Los dos somos aficionados a la fotografía y ya hemos participado en otras ocasiones aunque nunca hemos tenido la suerte de ganar», aseguraba Raúl.Según avanzaba la noche, la lluvia daba un respiro y era el momento de disfrutar de la música en directo, del teatro y del baile. Se estrenaba como sala de conciertos La Estación, donde el jazz se colaba por todos sus rincones de la mano de 3Elementos, en la actividad ‘La Noche de la música negra’. En el Teatro Principal tenía lugar una Jamm Session ilustrada de la mano de Lizard Pants y el ilustrador Raúl Allén. Mientras el saxo entona la melodía, la batería marcaba el ritmo y los trazos bailaban en una pantalla evocando los sonidos que se cuelan en los oídos. La Casa del Cordón acogía una sesión de teatro familiar. El patio del histórico edificio se convertía en el escenario de la obra ‘El desafío de la jungla’, de la que pudieron disfrutar pequeños y mayores.Entrada la noche llegaban las citas más multitudinarias y espectaculares por su carga visual. De forma simultánea y desde las 22.30 horas, la Catedral y el Arco Santa María se convirtieron en enormes lienzos donde se proyectaron diversas escenografías de luces, imágenes y sonido. Al cierre de esta edición el programa de actividades seguía su curso de la manera prevista.